La caridad internacional reveló que los últimos 12 de los 17 misioneros de Christian Aid Ministries quienes fueron secuestrados en Haití el 16 de octubre ejecutaron un temerario plan de escape después de que oraron, lo que les permitió obtener su libertad el miércoles pasado.

“Durante el tiempo de su cautividad, Dios les dio a varios de los rehenes un deseo de intentar escapar, pero les llevó un buen tiempo ponerse de acuerdo cuando y como deberían llevarlo a cabo. ¡Intentar tal cosa seria peligroso! Ellos buscaron a Dios en oración una y otra vez, buscaron Su dirección”, así lo reveló Weston Showalter el portavoz de CAM en una declaración durante la conferencia de prensa el lunes.

El grupo, explicó él, incluía un matrimonio, un bebé de 10 meses, un niño de 3 años, una chica de 14 años, un muchacho de 15 años, cuatro hombres solteros y dos mujeres solteras.

“Tomó algo de tiempo y el trabajo de Dios, pero después de mucha discusión y oración, se unieron sólidamente y decidieron que Dios los estaba guiando de esta forma. Los rehenes compartieron que este sentido eventual de unión era en si mismo un gran milagro”, dijo él. “En varias ocasiones, planearon escapar, pero habían decidido que si ciertas cosas en especifico no sucedían, ellos aceptarían que esperar era la decisión de Dios”.

“Dos veces que planearon escapar, Dios les dio señales claras que ese no era el tiempo correcto. En ambas ocasiones, en el minuto justo que habían discutido, tuvo lugar la cosa exacta que ellos habían pedido como señal. Dios estaba trabajando, pero el tiempo no era correcto”, añadió Showalter.

El grupo siguió creando estrategias y orando hasta que milagrosamente se unieron y acordaron que harían su gran escape de una casa barricada donde los estaban reteniendo el 15 de diciembre.

“Durante la noche, Dios dirigió, ellos se prepararon, se pusieron los zapatos, y empacaron entre su ropa bolsas de agua para el camino. Ellos amontonaron sus colchones en una esquina y se prepararon para salir”, dijo Showalter. “Cuando sintieron que el tiempo era correcto, encontraron una forma de abrir la puerta que estaba cerrada y bloqueada, silenciosamente caminaron en fila por el camino que habían decidido seguir, y rápidamente dejaron el lugar donde habían sido retenidos, a pesar de el hecho de que había un gran número de guardias cerca de allí”.

De acuerdo a CAM, una vez que estuvieron lejos del campo de rehenes, los misioneros se movieron hacia una característica de la montaña identificada como un punto de referencia y caminaron al noroeste bajo la luz de las estrellas.

“Con la ayuda de Dios, la protección y la guía, ellos rápidamente avanzaron en la noche. Caminaron por probablemente diez millas, viajando entre los bosques y los matorrales, trabajando entre las espinas y las zarzas. Uno de los rehenes dijo, ‘dos horas [de camino] fueron entre zarzas feroces. Durante toda la caminata estuvimos en territorio de pandillas’”, así lo hizo notar Showalter. “La luna proveyó luz para su camino. Durante las ocasiones donde no estaban seguros de a donde ir, ellos se detenían y oraban, pidiéndole a Dios que les mostrara”.

El grupo eventualmente encontró a alguien quien los ayudó a hacer una llamada de ayuda.

“Más tarde ese día, todos volaron en un vuelo de la guardia costera a Florida”, dijo Showalter. “Antes de esta liberación final, alabamos a Dios por como Él abrió camino para que los otros rehenes fueran liberados. Todos estos pasos obviamente nos estaban llevando al final de esta difícil travesía de dos meses. Sin duda sus oraciones al Todopoderoso jugaron un gran papel en todos los rehenes quienes ahora están reuniéndose con sus seres queridos”.

La caridad internacional primero anunció que los últimos 12 misioneros fueron liberados 11 días después de la liberación de los otros tres el 5 de diciembre por la pandilla 400 Mawozo. Unas dos semanas antes de eso, la pandilla liberó a dos misioneros descritos como adultos enfermos.

CHRISTIAN AID MINISTRIES via CBS

Al discutir las mejores prácticas aprendidas de el secuestro de los misioneros, los cuales incluían 16 americanos y un canadiense, David Troyer, director general del ministerio con sede en Ohio, reconoció que a pesar de que los misioneros estaban al tanto de los peligros de trabajar en Haití, e intentaron tomar “precauciones de seguridad adecuadas”, ellos trataran de mejorar sus protocolos de seguridad.

Troyer explicó en una declaración: “Agradecemos el deseo de ministrar de nuestro personal, incluso en lugares peligrosos. Sin embargo, este evento nos ha dado una mayor conciencia de la necesidad de fortalecer nuestros protocolos de seguridad e instruir mejor a nuestra gente sobre los peligros involucrados”.