Mas de un año ha pasado desde que se declaró una pandemia por el coronavirus, desde entonces la organización evangélica líder en ayuda llamada World Vision se asoció con decenas de miles de líderes de la fe y comunidades alrededor del mundo para alcanzar a 59 millones de personas a través de esfuerzos de ayuda y prevención del virus.
No mucho después de que la Organización Mundial de la Salud declaró al COVID-19 como pandemia el 11 de marzo del 2020, World Vision, una organización de ayuda internacional que opera en casi 100 países, lanzó la respuesta global más grande que haya tenido en sus 70 años de historia.
Erica Van Deren, una gerente principal de programas en el equipo de emergencia de World Vision, le dijo a The Christian Post que conforme el mundo se iba cerrando, World Vision siguió trabajando ya que ese es el propósito que Dios ha puesto en la organización y en su personal.
“El COVID-19 ha sido nuestra respuesta mas grande nacional e internacionalmente que alguna vez hayamos organizado como organización”, dijo Van Deren en una entrevista. “Ha sido una cantidad notable de trabajo y realmente solo una maravillosa oportunidad de estar a las manos y pies de Jesús en este tiempo realmente desafiante”.
El presidente y CEO de World Vision U.S y Edgar Sandoval dijo que la respuesta no hubiera sido posible sin la ayuda de las iglesias y pastores. World Vision se asoció con más de 124,000 líderes de la fe a través de redes que en el pasado habían sido formadas para responder a los virus de Ébola, HIV/AIDS y Zika.
Este trabajo increíble no hubiera sido posible sin nuestros socios invaluables de las iglesias”, dijo Sandoval en una declaración. “La iglesia ha sido una fuerza para bien – viviendo fuera de sus cuatro paredes y trabajando mano a mano con sus vecinos para distribuir alimentos, EPP, y otros productos esenciales que han salvado vidas.
Solo en Estados Unidos, World Vision ha trabajado con 1,300 iglesias y donado 3 millones de cajas de alimentos frescos al programa Granjeros a Familias del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. La organización también proveyó 2.5 millones de unidades de equipo de protección personal e impactó a casi 500.000 familias al proveerles productos esenciales para emergencias.
Van Deren dijo que es la primera vez que la caridad ha coordinado un esfuerzo de respuesta a nivel mundial en cada país donde opera.
Alrededor del mundo, los países han enfrentado un incremento en la hambruna. Y las Naciones Unidas reportaron el año pasado que el hambre ligada al virus llevó a la muerte a 10,000 niños más por mes durante el primer año de la pandemia. El programa The World Food Program ha alertado que tantos como 270 millones de personas pudieran estar al borde de la inanición.
Los esfuerzos de World Vision alcanzaron a más de 26 millones de niños el año pasado.
“Mientras peleamos por proteger a la gente del virus, también debemos protegerlos de las secuelas mortales de la pandemia”, dijo Sandoval. “Aquí es donde World Vision se ha enfocado. Estamos totalmente comprometidos en potenciar a las personas que viven al margen para que cumplan con su potencial dado por Dios”.
Un año después, World Vision ha hecho la transición de su enforque de respuesta a la pandemia a alentar la aceptación de la vacuna alrededor del mundo y abordar los efectos secundarios de la pandemia.
Los planes incluyen incrementar la asistencia a las familias que enfrentan el hambre, ayudar a restaurar los sustentos de vida de las familias e informar a las comunidades sobre las vacunas. Van Deren dijo que una gran parte de los esfuerzos de World Vision para el próximo año serán asistir a familias a “reconstruir” sus vidas.
“Hoy recordamos a los millones de vidas preciosas que se perdieron a causa del COVID-19 – y a un numero incontable de familias que están sufriendo los impactos de la pandemia”, dijo Sandoval.
“Sin embargo, incluso mientras lloramos, vemos hacia adelante con esperanza de las muchas vidas que serán salvadas con el lanzamiento de la vacuna. Ahora mientras nos enfocamos en llevar la vacuna a tanta gente como sea posible aquí en Estados Unidos, no debemos olvidar a las personas que viven en algunos de los países más pobres en el mundo, cada una de ellas es preciosa a los ojos de Dios. A menos que consideremos que su bienestar es tan importante como el nuestro, el COVID-19 seguirá siendo una amenaza, aquí y en todos lados”.
Fuente: The Christian Post
Foto: World Vision/Laura Reinhardt