Estoy pensando en Vika. Ella viene a mi mente mientras observo a los niños de mi iglesia ensayar la obra de Navidad. Una de las ‘ovejas’ acaba de decir:
«No veo como pudiera cambiar nuestras vidas para mejor. ¿Será que alguien, alguna vez, se preocupará por nosotros?»
Vika vive en Belarus. La conocí en un hogar de niños. Igor, CEO de Sociedades Bíblicas, me había llevado al sur del país, a la región donde 30 años atrás había sido más afectada por la explosión del bloque 4 en Chernobyl, Ucrania. Esta parte de Belarus es aún, la más contaminada del área, y muchas personas se sienten abandonadas, sin ninguna perspectiva para el futuro.
Una Solución Provisoria
Aunque tenía 10, Vika parecía de 6 para mi. Era muy tímida. Junto a tres de sus hermanos y hermanas estaban por unas semanas en el hogar, ya que su madre estaba dando a luz a otro hijo. Los chicos estaban felices de estar allí, hicieron amigos entre los otros niños, y disfrutaban de un ambiente cálido y pacífico en este hogar, donde todo estaba muy limpio y arreglado. Luego supimos por Irina, la directora de la institución, que la casa hogar proveía refugio y cuidado a niños cuyos padres no podían cuidarlos. Esta es una solución provisoria, mientras se espera que los niños regresen a sus hogares o sean enviados con familias adoptivas.
Vika revisaba cautelosamente la Biblia para Niños que le dimos, con visible interés; y entendimos por sus comentarios y preguntas que no estaba familiarizada con las historias bíblicas. Pero lo que sí reconoció y le gustó más fue el relato del Nacimiento de Jesús -la Navidad. Nos contó que su pasatiempo favorito era escribir historias ella misma y leérselas a sus amigos, así que la animamos a escribir acerca de la Navidad con sus propias palabras y compartirla con todos. Pareció gustarle mucho la idea. Cuando partimos, comenzaba el tiempo de la cena, y ella nos regaló una hermosa sonrisa mientras preparaba la mesa para los demás en el gran comedor.
Compromiso Cristiano
El equipo de las Sociedades Bíblicas esta visitando estos lugares regularmente, para llevar libros para los niños. Gracias al interés de Irina y su personal y al Compromiso Cristiano, el ministerio se puso en marcha, y todos los niños que pasaron algunas semanas en el hogar tuvieron la oportunidad de recibir una Biblia para Niños y conocer las historias cristianas. Para muchos de ellos, esta fue la primera vez que oían siquiera una historia bíblica.
También pudimos visitar un hospital cercano al hogar. Un doctor y una enfermera, ambos cristianos comprometidos, habían invitado al equipo de Sociedades Bíblicas a entregar Biblias y libros para Niños a la librería del hospital. Era domingo, y fuimos guiados por todo el departamento Infantil. En uno de los cuartos encontramos una mujer, con la mirada ausente,
sus ojos ni siquiera notaron nuestra presencia, no pudimos comunicarnos con ella. Lo único que pudimos hacer fue pedir a Dios sus más grandes bendiciones para la vida de esta mujer. Afuera, Igor nos contó que ya habíamos conocido el día anterior a la pequeña de esta mujer. ¡Era la madre de Vika! Tenía problemas psiquiátricos y podía ocuparse de sus hijos. Aún así, acababa de dar a luz a otro niño.
Un Ángel Muy Especial
Escuchando a las pequeñas ‘ovejas’ compartir su desesperanza en ese ensayo, recordé inevitablemente a aquella familia en Belarus, preguntándome cómo habría pasado Vika y su familia la Navidad. ¿Habrán estado juntos? Me imagino a Vika leyendo la historia de Navidad de la Biblia para Niños que recibió, o tal vez de su cuaderno de notas donde la habrá escrito con sus propias palabras. Allí, Vika se convertiría para todos a su alrededor, en un precioso Ángel, trayendo buenas nuevas de esperanza y salvación…