Una familia cristiana del norte de Vietnam ha tenido que pagar a su comunidad 100 kilos de cerdo, y así evitar futura persecución.

Lohn (su nombre real fue reservado), de 40 años, su esposa y cuatro hijos se convirtieron al Cristianismo de sus creencias animistas, el pasado Agosto. Poco después de su conversión, fueron acosados por las autoridades locales y los aldeanos, como represalias por haber dejado la religión tribal.

Cuando se rehusaron a negar su nueva fe, la autoridad de la aldea y algunos vecinos golpearon a Lohn, confiscaron toda la literatura cristiana de la familia y les amenazaron con peores consecuencias si continuaban en su postura.

Cuando Lohn y su familia persistieron, las autoridades locales y los aldeanos les demandaron que pagarán U$90 y que dieran 100 kilos de cerdo, lo que equivale a U$600.

Los aldeanos dijeron que el dinero y la carne – que equivalen a cuatro meses de sueldo- servirían como ofrenda para ‘apaciguar a los dioses de la aldea’; además, los vecinos prepararon un ritual para oficializar la conversión de la familia al Cristianismo.

A través de la ayuda de la ayuda de la Iglesia, Lohn pudo pagar lo que la comunidad demandaba. Durante el ritual, el jefe de la comuna proclamó que la familia de Lohn era considerada extraña a la aldea.

Después del ‘reconocimiento oficial’, Lohn y su familia pueden ahora practicar su fe sin acosos ni persecución.

«No sabemos si en el futuro todo se mantendrá igual en la aldea», Lohn dijo en su entrevista. «Pero por ahora, alabamos a Dios que podemos adorarlo libremente».

Vietnam se ubica en el puesto 19 de la lista 2021, que elabora Puertas Abiertas acerca de los países perseguidores de Cristianos.

Los creyentes de denominaciones no tradicionales y convertidos de religiones indígenas, enfrentan presión intensa y violencia por su fe cristiana, especialmente en las áreas remotas del centro y norte de Vietnam.

Muchos pertenecen a las etnias minoritarias del país, como los Hmong, y enfrentan exclusión social, discriminación y ataques. Sus casa, en ocasiones son destruídas y se ven forzados a dejar sus aldeas. En muchos casos, los cristianos huyen al extranjero y piden asilo, por ejemplo en Camboya, pero son enviados nuevamente a Vietnam.