A muchos se les va la vida en descubrir quienes son y cual es su lugar en este mundo. Por eso, la verdadera maduración no se consigue con años, sino con lograr en el menor tiempo posible la ubicación en la posición acertada para cumplir su misión en esta tierra.
En los tiempos de mi adolescencia tenía una lucha interna de como sería mi vida y los logros que con ella podría alcanzar. Esto me llevó a estudiar, hacer diferentes cursos, practicar algunos deportes y hasta formar con un grupo de amigos una banda musical. A todo esto le dedicaba muchas horas de mi vida, y hoy me doy cuenta que era porque no sabia cual sería mi verdadera función en este mundo.
Todo lo hecho enriqueció mi vida, logré varios amigos en el camino, pero pude observar que no tenía un enfoque definido.
Con el pasar del tiempo entendí que fui creado para formar parte de un plan maestro, y al igual que una ficha en un rompecabezas, vi que no había ni habrá nadie que pueda ocupar mi lugar.
Hay cosas que deje de hacer porque entendí que no me correspondía ese lugar, que las distintas circunstancias me habían llevado a esa función, pero era otra la persona la que tenía que estar allí.
Tal vez estés trabajando en un lugar que no es tu lugar, oh quisiste ser músico, tal vez probaste con ser deportista y te seguís preguntando: -¿Cuál es mi lugar?
Y en el plano espiritual: ¿Cuál es tu lugar en el ministerio? ¿Que don tenés? Pasan los años y pensás en cual sería tu lugar en la iglesia del Señor, sin duda hay un lugar bien definido para vos.
Se pierde mucho tiempo en buscar el lugar que nos pertenece, y hasta muchas veces por no estar en el lugar correcto y a la hora señalada no logras desarrollarte plenamente en tu función en la vida.
En el tiempo de las campañas muchos creían que eran evangelistas, después llegaron los profetas y miraron que podía ser ese su lugar, luego vinieron los salmistas y había que formar el grupo de alabanza y muchos intentaron por allí.
Cuando San Pablo al escribir su primer carta a Timoteo (1:12-17) ve conveniente animar al joven a definir su lugar en el ministerio, haciéndole ver que él mismo fue elegido pese su pasado de ser un blasfemo, perseguidor e injuriador.
Complejos, sentimiento de culpa y tener la autoestima baja son los frenos al avance en nuestra colocación en el lugar que tenemos destinado.
Cuando podés sobrepasar estas barreras , recién allí te animarás a enfocar todo tu potencial en tu llamado que fue hecho desde la eternidad.
Tendrás mentores y referentes pero nunca andarás buscando ciegamente a quién imitar, desde tu singularidad desarrollaras todo tu razón de ser.
Los dones del Espíritu quedarán intactos si no son descubiertos y avivados por los depositarios.
Cuando San Pablo al escribir su primer carta a Timoteo (1:12-17) ve conveniente animar al joven a definir su lugar en el ministerio, haciéndole ver que él mismo fue elegido pese su pasado de ser un blasfemo, perseguidor e injuriador.
Complejos, sentimiento de culpa y tener la autoestima baja son los frenos al avance en nuestra colocación en el lugar que tenemos destinado.
Cuando podés sobrepasar estas barreras , recién allí te animarás a enfocar todo tu potencial en tu llamado que fue hecho desde la eternidad.
Tendrás mentores y referentes pero nunca andarás buscando ciegamente a quién imitar, desde tu singularidad desarrollaras todo tu razón de ser.
Los dones del Espíritu quedarán intactos si no son descubiertos y avivados por los depositarios.
Pastor Luis Dominguez