Aquí conocemos su testimonio y con la ayuda y oraciones de los fieles, más sirios están creyendo al igual que ella.

Alya ha tenido que escapar de situaciones terribles más de una vez. Ella, su esposo y sus cinco hijos huyeron de Deir Ez-Zor en 2012, debido a los rebeldes sirios. Estuvieron en Raqqa por dos años cuando el autoproclamado Estado Islámico tomó la ciudad como su capital. La familia de Alya era musulmana, pero esto no los protegió.

«Vimos cosas terribles», dice Alya. «Una vez me dirigía a una tienda y ellos estaban decapitando personas.» Algunos de los recuerdos que Alya fue testigo son simplemente muy duros para compartir con los lectores. Para desgracia de su familia, uno de sus hijos desapareció. Sólo siete meses después supieron que había muerto en un bombardeo a un bus.

El momento culmine llegó en 2016 cuando un soldado de ISIS llegó a su hogar para reclamar una de las hijas de Alya había asistido a la escuela sin haber sido completamente cubierta por la ropa obligatoria. «Ellos dijeron que debíamos presentarnos con nuestra hija al día siguiente», dice Alya. «Ellos podían haber entregado a mi hija a uno de los hombres, reteniendola como esclava.»

Un encuentro fortuito

Alya sabía que no debían quedarse allí. A pesar de las dificultades financieras, huyeron a Qamishli. En el aeropuerto, su equipaje no llegó. Un hombre notó el pánico de la familia y ofreció su ayuda. Alya no sabía en quien confiar, pero no tuvo alternativa, tomó el contacto de este hombre.

Unas semanas después, Alya no estaba pudiendo superar la situación. Un extraño le propuso encuentros sexuales y este episodio la perturbó tanto que acabó en el hospital. Entonces recordó el contacto de aquel hombre del encuentro fortuito y llamó a ese número.

«Si, por supuesto que ayudaré», fue la respuesta que ella escuchó. La persona a la que había llamado el Pastor George – parte de Puertas Abiertas que lidera el Centro de Esperanza en Qamishli y que ha estado junto a la comunidad por años.

Pero el Pastor George no solo se ocupa de los miembros de su congregación. Aún cuando Alya y su familia eran musulmanes, y desconocidos para él, el Pastor George hizo los arreglos para que la familia pudiera mudarse a una casa.

«Cuando por fin estuvimos en la casa, me encontré en paz», cuenta Alya. «Vi que el Pastor era un hombre honesto, y quise conocer más acerca de su Iglesia. Así que fui por primera vez a una reunión religiosa cristiana. El predicador habló sobre el perdón. Solo pude llorar.» El Pastor George había predicado acerca de Mateo 5:39: ‘Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.’

Un Tesoro Real

Alya sintió curiosidad. Cuando regresó a casa, volvió a sus predicadores Islámicos. «Pero me dije a mí misma, ‘Debo ir una vez más'». Fue entonces a un estudio bíblico a mitad de semana. Alya recuerda al Pastor George y a su esposa explicando más acerca de la Biblia, y también cómo mostraron el Amor de Jesús de una manera práctica. «Ellos me ayudaron, se preocupaban de cómo estábamos, cuidaron de nosotros. La iglesia se siente como una gran familia.»

Alya recibió una Audio Biblia, porque no es buena leyendo. Mientras más escuchaba y se esforzaba por hablar con Jesús a través de la oración, más veía a Dios obrando en su vida. «No podía seguir pretendiendo ser musulmana. Empecé a darme cuenta de que las cosas no habían ocurrido por accidente, menos nuestra venida a Qamishli. Jesús quería que estuviésemos en este lugar.»

Ella se convirtió al Cristianismo -y su hermano cortó toda ayuda financiera a su favor. Pero Alya no tuvo que buscar apoyo muy lejos -su nueva familia de la iglesia se organizó rápidamente para ayudarla.

«Le dije a Dios: ‘ahora eres responsable de mi vida. Cómo tú hija, sólo te tengo a Ti'», cuenta. «Jesucristo nos está ayudando. Sin la mano de Dios y la ayuda de la Iglesia, no hubiésemos tenido nada.»

Alya recibe apoyo financiero y espiritual de su iglesia en medio del impacto de la pandemia. Pero, a la vez, sin la ayuda de los donativos de los creyentes de otros lugares, la Iglesia tampoco podría sostener la luz de Cristo y llevar Esperanza al pueblo de Qamishli.

Hasta el momento, el esposo de Alya se mantiene fiel al Islamismo y no ha tenido un encuentro con Jesús. Pero Alya es paciente y tiene fe.

«Jesús es mi vida ahora», dice. «Yo estaba ciega; y ahora puedo ver. Tengo la esperanza de que mi familia será salvada también.»

«Nosotros perdimos a nuestro hijo; pero he visto como Dios entregó al Suyo por nosotros. Me he vuelto verdaderamente rica porque encontré un tesoro real, uno que nunca antes tuve.»

 

Fuente: Open Doors UK (Puertas Abiertas)