Los padres aman a sus hijos incondicionalmente, esa debe ser la función principal en toda familia.

Los hijos son herencia de Dios:

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en manos del valiente, así son los hijos tenidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que ha llenado su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hable con los enemigos en la puerta

Salmos 127:3-5

Si fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, nuestros hijos tendrán también imagen y semejanza de Dios. Pues tienen su herencia espiritual y nuestra genética.

¿Qué es una herencia?

Derecho civil dice:

La herencia, en la doctrina del Derecho, es el acto jurídico mediante el cual una persona que fallece transmite sus bienes, derechos y obligaciones (deudas) a otra u otras personas, que en conjunto se denominan herederos. Heredero/heredera es la persona física o jurídica que tiene derecho al total o a una parte de los bienes de una herencia. El régimen jurídico que regula las herencias es el derecho de sucesiones.

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”.

NVI. Efesios 2:10-12

Somos hechura de Dios: Significa que somos la obra maestra creada de las manos de Dios. Fuimos creados en Cristo Jesús: Esta bendición nos dice que al recibir a Cristo somos nueva criaturas, creadas ahora en Él. … Para que juntamente con Cristo como iglesia llevemos a cabo las buenas obras del plan perfecto de Dios.

Esto conlleva una gran responsabilidad:

“Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Mateo18:19,20

Por lo tanto, esto supone una gran responsabilidad como, Padres, pastores, maestros o líderes de niños; debes alimentarlos y ayudarlos tan frecuentemente como te sea posible.

La Biblia deja muy claro que el crecimiento espiritual del niño procede y depende de la asimilación de las Escrituras.

Todo discipulado tiene un seguimiento

Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

Reina-Valera 1960   1 Corintios 3:6-7