Nacida en el seno de una familia musulmana, en un pequeño pueblo pesquero ugandés en las costas del noreste del lago Victoria, Hadija tiene un testimonio de fe extraordinario para ser una chica de 12 años. Hadija comenzó a asistir a reuniones cristianas en secreto cuando tenía 5 años. Cuando su padre se enteró le advirtió que lo dejara, prometiendo que la golpearía si desobedecía. Pero Hadija no lo dejó, por lo que tuvo que soportar palizas todas las semanas.
Cuando Hadija tenía siete años, su madre murió. Poco después, su padre polígamo la reubicó en un pueblo al oeste de Uganda para que viviera con su esposa más reciente. Siendo tan joven como era, Hadija buscó valientemente otra iglesia y siguió asistiendo a la escuela dominical. Allí es donde recibió al Señor. Continuó asistiendo a la iglesia a pesar de las advertencias de su madrastra y las duras palizas y privación de comida por parte de su padre.
Una mujer cristiana de la iglesia, Mellina, se hizo amiga de Hadija y se enteró del abuso. Un domingo de diciembre de 2012 las palizas fueron tan fuertes que Mellina intervino. Mellina se convirtió en la guardiana de Hadija y está ahora en proceso de adoptarla.
Hadija, a día de hoy
Los trabajadores de Puertas Abiertas hablaron con Mellina recientemente y supieron que a Hadija le va bien.
“Hadija se ha mudado hace poco a un colegio mejor con nuestro apoyo. Los profesores han sido informados de su pasado traumático así que saben cómo tratarla. Dicen que está respondiendo bien y mejorando académicamente ya que se encuentra emocionalmente estable y se siente mucho más segura”.
“A Mellina también le está yendo bien. Tiene concertado asistir a un programa de Desarrollo de Autoempleo de Puertas Abiertas antes del final del año para aprender habilidades de negocio. Empezar un negocio será una buena forma de asegurarse una mayor fuente de ingresos”.
Fuente: Puertas Abiertas