Llenos de irá por la noticia recibida acerca del reconocimiento legal de una iglesia en Egipto, Musulmanes atacaron y dañaron casas, comercios, tiendas y vehículos de cristianos copitos, según denuncian las organizaciones de derechos humanos.
La organización norteamericana, International Christian Concern, reportó ésta semana que una turba musulmana vandalizó propiedades de cristianos, alrededor de la Iglesia del Arcángel Miguel.
El 23 de junio, la turba arrojó rocas contra las ventanas de las casas e incendió los edificios y vehículos, a pesar de la presencia de personal de seguridad que se había desplegado para proteger la iglesia, denunció ICC.
Los cristianos locales han estado esperando por años la aprobación legal de la iglesia, que fue construida en 2003.
“A lo largo del proceso, los Musulmanes han rechazado la legitimidad de la nueva iglesia, alegando que la construcción o restauración del edificio contradecía la ley Islámica. Las Condiciones de Omar, que se cree fue escrita por el Califa Omar I, es un texto Islámico al que refieren. El texto dicta que las iglesias no deben ser construidas o restauradas, y los Cristianos deben reunirse solamente en iglesias pre-existentes”, dijo ICC.
El Comité para la Legalización de Iglesias Sin Licencia, que fue formado en enero de 2017, y que unió a el Ministerio de Justicia, Asuntos Parlamentarios, y Desarrollo Local y de Vivienda; así como también a los representantes de autoridades locales y comunidades cristianas, ya legalizado más 1600 iglesias en el país de mayoría musulmán.
Sin embargo, la oposición a las iglesias de parte de los Musulmanes se mantiene.
Los Coptos, que representan el 10% de la población egipcia, son descendientes de una larga línea de egipcios que se convirtieron al Cristianismo a principios del siglo primero, según la Enciclopedia Britannica.
Según Puertas Abiertas Estados Unidos, Egipto está entre los 20 peores países, perseguidores de cristianos en el mundo.
Incidentes de persecución a Cristianos en Egipto varían, desde mujeres siendo acosadas en las calles a comunidades cristianas expulsadas por extremistas; según denuncia el grupo, agregando que los cristianos son tratados como ciudadanos de segunda clase.
El gobierno de Egipto habla positivamente acerca de las comunidades cristianas egipcias. Aún así, la falta de seriedad en la aplicación de la ley y la falta de voluntad de las autoridades locales para proteger a los creyentes, hace a los cristianos vulnerables a todo tipo de ataques, especialmente en la zona alta de Egipto.
“Debido a la naturaleza dictatorial del régimen, ni los líderes de la iglesia ni los creyentes están en posición de alzar su voz en contra de éstas prácticas”.
Iglesias y organizaciones no gubernamentales cristianas están restringidas de construir nuevas iglesias o llegar adelante servicios sociales.
“Las dificultades vienen de ambos lados, el estado y las restricciones, así como también de la hostilidad comunal y las violentas turbas”.