Las autoridades sudanesas han clausurado al menos seis iglesias, siguiendo las órdenes de registro del Ministerio de Exteriores. Estas iglesias de Jerief y Suq Arabi atendían las necesidades espirituales de la población extranjera, procedente en su mayoría de países como Etiopía, Filipinas, Sudán del Sur y Eritrea.
El Gobierno de este último país también ha aplicado la misma ley. Los pastores temen que en la hoja registro se exija información muy detallada de los pastores y miembros de las iglesias, y que su fin, como en el caso de Eritrea, no sea registrar la iglesia, sino oprimir a las personas detalladas en ese documento.
Debido a su trato a los cristianos y otras violaciones de los derechos humanos, Sudán ha sido catalogado como un país de especial preocupación por el Departamento de Estado de Estados Unidos desde 1999
Oremos para que el Señor intervenga milagrosamente ante esta situación y para que la iglesia siga uniéndose y fortaleciéndose a pesar de la presión ejercida por el Gobierno.