Un año después de casi haber perdido su vida en Liberia, el sobreviviente americano al Ebola, Dr. Kent Brantly, está hablando acerca de por qué no lamenta haber servido como médico misionero en la nación africana occidental. También comparte sus esperanzas de que su historia podría inspirar a otros a responder al llamado de Dios para sus propias vidas.

En Julio de 2014, Brantly, quien servía en Monrovia con el grupo medico misionero “Samaritan´s Purse” contrajo el Ebola –también conocida como la fiebre hemorrágica Ebola – mientras trataba pacientes enfermos. Se le suministro la droga experimental ZMapp y voló de regreso a los Estados Unidos en donde fue sometido a un tratamiento intensivo en el Hospital Universitario Emory de Atlanta.

A pesar de su traumática experiencia cercana a la muerte, el esposo y padre de dos niños, recientemente dijo al Christian Post que “nunca” se lamentara de servir en el extranjero como un misionero con su esposa Amber.

“Para eso es que nos ha llamado Dios”, dijo Brantly al CP. “Y durante todo el tiempo de eta dura prueba sabíamos que estábamos haciendo las cosas bien y estábamos en el lugar correcto. Así que no importa lo que sucedió, no tenemos de que lamentarnos.”

Brantly y su esposa, quien vive en Texas, se trasladaron a Liberia con sus dos pequeños hijos en 2013 al responder al llamado de Dios para sus vidas, y en ese momento no tenían idea que lo que iba a suceder un año después, les cambiaría para siempre.

Brantly enfermo mientras trataba a pacientes con Ebola, y aunque se angustiaba por el diagnostico, dijo “Fue un momento extrañamente tranquilo, creo que todos sentimos el peso de esa realidad cuando me dijeron que la prueba había sido positiva. No fue un momento tan emotivo como se esperaba que fuera, quiero decir, lo primero que dije fue, está bien, que sigue? Cuál es nuestro plan y cómo se lo voy a decir a Amber?”

Apenas unos días antes al diagnóstico de Brantly, Amber y sus hijos habían volado de regreso a Estados Unidos para asistir a una boda. Ella se quedó con la sensación de impotencia y quebranto cuando Brantly la llamo y le informo que tenía Ebola.

“Yo no sabía que decirle excepto que “lo sentía mucho”. Eso fue todo lo que pude decirle, realmente”, dijo Amber. “Lloramos durante unos minutos y luego él colgó el teléfono y entonces el llamo a sus padres, hermanos y hermanas”.

La pareja, que se casó en 2008, detalla su terrible experiencia en el recientemente publicado libro: “Llamado para la vida: como amar al prójimo nos llevó al corazón de la epidemia del Ebola”.

Brantly atribuye a su fe cristiana su habilidad de permanecer en calma luego de enterarse que había contraído el Ebola. Dijo que había sido capaz de encontrar un poco de paz en ese momento recordando por qué había sido llamado por Dios a Liberia, en primer lugar.

“Realmente lo contaba como una bendición de parte de Dios el haber respondido en la forma que lo hice”, dijo. “Si hubiera sido cualquier otro día, cualquier otra semana puede ser que no haya respondido en la misma forma”.

Y agregó: “En los días previos a mi diagnostico tuve tiempo para reflexionar y leer las Escrituras y pensar acerca de la situación en la que estábamos. Yo estuve aislado durante tres días antes que mi diagnostico llegase, por lo que durante ese tiempo tuve la oportunidad de tener un estado mental en perspectiva acerca de lo que estábamos haciendo allí. Y pienso que eso fue un regalo de Dios que transformó completamente la forma en la que respondí en la situación, así que cuando recibí mi diagnostico dije: “Dios, yo solo vine aquí a servirte a ti; yo solo deseo que seas glorificado”. Y pienso que El contesto esa oración”.

Los Brantly regresaron a Liberia por primera vez el mes pasado y aunque fue una experiencia emocionante, ellos sintieron una abrumadora sensación de gratitud.

“Nosotros esperamos que la gente lea (nuestro libro) porque pienso que es una hermosa historia de coraje y esperanza, y pienso que ayudara a estimular a la gente” dijo Amber con Brantly, quien añadió, “también esperamos que nuestra historia rete a los personas a hacerse preguntas difíciles. Esperamos que esto rete a la gente a preguntarse, “como seria esto para mí al responder al llamado de Dios para mi vida? Espero que esto rete a la gente a romper los estereotipos que tenemos acerca de otra gente y abra el dialogo y las conversaciones”

Traducido al español por Susana Murcia.