Poco después de que parte de la población de Homs se trasladara a la zona costera de Siria, los cristianos de esta zona sintieron la responsabilidad de ayudar a estas personas. El pastor Boutros nos cuenta que empezaron en 2012 ayudando a 16 familias en Safita. Ahora, cuatro años después, su iglesia ha ayudado a 3.500 familias. “Mi iglesia ha cambiado”, dice el pastor.
El pastor sirve en una Iglesia de Tartus. “Todo empezó como en la iglesia primitiva. Comenzamos a visitar a las familias en sus casas. Creamos un grupo de una mujer, un médico y un maestro de escuela dominical. Durante las visitas, las hermanas pudieron atender a las mujeres y el profesor de escuela dominical a los niños“.
La gente estaba sorprendida. “Siempre les decíamos que les estábamos ayudando por lo que Jesús había hecho en nosotros”. El número de familias ayudadas crecía rápidamente, hasta el punto en que el equipo tuvo que plantearse si era posible continuar. “El Señor nos confirmó que Él, el Señor de los cielos, nos daría las fuerzas para continuar con Su obra”. El pastor se unió a Puertas Abiertas y a otras organizaciones que brindaron ayuda al ministerio. “Eso fue un impulso muy grande para poder ayudar a muchas familias más”.
La obra siguió creciendo. La iglesia ayuda actualmente a 3.500 familias con una media de cinco miembros por familia, lo cual supone un total aproximado de 17.500 personas. Es un trabajo enorme para la iglesia del pastor Boutros. “El buen samaritano y la multiplicación del pan, son algunas de las parábolas que nos motivan. Jesús le dijo a los discípulos: ‘dadles algo de comer’. ‘No tenemos nada que darles’, fue su respuesta. Sentimos que Jesucristo nos está hablando con las mismas palabras. Sabemos que el Señor es quien está proveyéndonos”.
“Cada día hay gente que emigra, pero no lo consideramos una pérdida porque sabemos que llevarán el mensaje de Cristo donde quiera que vayan”. La mayoría de los jóvenes se han marchado. “Los hombres mayores de 18 años tienen que apuntarse al ejército. Las milicias también quieren enlistarlos para luchar. Muchos jóvenes no quieren luchar, por eso se marchan del país”.
“La guerra ha transformado a la iglesia. Comprendemos como cuerpo de Cristo que tenemos que salir de las cuatro paredes de nuestra iglesia. También enfatizamos el hecho de que la Biblia nos dice que Dios quiere que tengamos misericordia. Así que no es suficiente quedarnos en nuestras iglesias, orar y cumplir con nuestros programas y tradiciones; debemos salir, conocer gente y debemos salir en el nombre de Jesús a hacer milagros”.
El pastor menciona algunos ejemplos de ese cambio. “El templo está abierto para todo tipo de actividades, no solo para los cultos. Lo que también ha cambiado es que el trabajo no recae solamente en el pastor, sino que cuentan con equipos. Cada familia, cada miembro, está involucrado en cuidar a otras familias”.
“Quiero darle las gracias a cada persona que está orando por nosotros, quiero agradecer a cada persona que ha donado para ayudarnos. En nombre de las 17.500 personas que no os conocen, os doy las gracias en el nombre de Jesucristo. El Señor nos ha maravillado. Nunca esperábamos que este ministerio fuera a crecer como lo ha hecho. El Señor está haciendo un trabajo espectacular”.