Llamamos “síndrome del nido vacío” a un conjunto de sentimientos negativos, producidos por el alejamiento de los hijos del hogar, ya sea por estudios, casamiento o comenzar una vida independiente.
Esto produce en los padres: (soledad, tristeza, desánimo, melancolía, vacío, inutilidad); El sentimiento de soledad y la sensación de desánimo, como si la vida no tuviera sentido, son los dos más importantes de todos. Esta combinación de soledad y tristeza puede desembocar en una depresión si no ponemos los medios para prevenirla.
Según los expertos los síntomas no deberían durar más de 6 meses.
- Suele afectar más a las mujeres que a los hombres que pueden pensar que una de sus funciones más importantes, la maternidad, ha terminado.
- Se sienten inútiles, desorientadas e inseguras sobre el significado que pueda tener el futuro.
- Y muchos más si fueron madres controladoras.
- Mantenerse ocupado, establecer nuevas metas, revivir la relación de pareja o unas vacaciones pueden ayudar a sobrellevar la situación.
En muchos casos, el síndrome del nido vacío se agrava por otros eventos difíciles o cambios significativos que ocurren al mismo tiempo, como la jubilación, una mayor dependencia física, la menopausia o la muerte de uno de los cónyuges”
- Padres que se preocupan porque creen que sus hijos no están listos para asumir las responsabilidades de los adultos independientes.
- Cuando el matrimonio es inestable o insatisfactorio.
Nido vacio: ¿Cómo sobrellevarlo?
- Intentando mantenerse ocupado y positivo.
- Aceptar esta nueva etapa de la vida.
- Estableciendo nuevas metas.
- Hacer ayuda social.
- Dedicar más tiempo con los nietos
- Reavivando la relación de pareja.
- Planear unas vacaciones.
- Mantener una comunicación con tus hijos
- No crear un santuario del cuarto de tus hijos.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;
No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta.Salmos 127:3-5