Los líderes de las iglesias juegan un papel enorme a la hora de influenciar en forma positiva en el modo en que la comunidad trate a las personas con HIV positivo. Cuando muestran compasión, el estigma del VIH es gradualmente erradicado, primero de la iglesia misma y eventualmente de toda la comunidad. Esta historia de Malawi muestra cómo, al dar el ejemplo, un pastor fue capaz de ayudar a una mujer en peligro.
La señora Banda era un miembro activo del grupo del Buen Samaritano en su iglesia en Mvera, Malawi. Cuando fue diagnosticada como ceropositiva en 2016 le produjo un enorme shock: «Me sentía mal, pero nunca tuve el coraje de tomar la prueba del VIH». Estaba ansiosa y no quería contarle a nadie, porque tenía miedo de la reacción de sus amigos y familiares. Tenía razón de tener miedo. Tan pronto como ella reveló su estado a sus amigos íntimos, comenzaron a retirarse de su vida. Sus parientes hicieron lo mismo. Al quedarse sola, decidió mantener su estado de salud en secreto con los otros miembros del grupo del Buen Samaritano.
En los meses siguientes, las fuertes lluvias envolvieron a la comunidad de la señora Banda. Su casa de paja, que ya estaba en mal estado de conservación, estaba muy dañada. Sin apoyo financiero, no tenía ni idea de cómo sería capaz de reconstruir su casa.
El Pastor Solomon Yeremiya es quien supervisa a los voluntarios del Buen Samaritano en la comunidad de la Sra. Banda. Cuando oyó rumores sobre su situación, se llenó de compasión. Alentó a los miembros de la comunidad y de la iglesia a donar lo que pudieran, y en poco tiempo había recolectado 18.500 Kwacha de Malawi (unos US $ 26.00) que se utilizaron para comprar postes de madera, clavos y otros materiales para el techo. La gente dio su tiempo para renovar la casa de la Sra. Banda, y algunos también trajeron comida y ropa.
«Vi como la mano de Dios me tocaba y ayudaba a través del grupo del Buen Samaritano», dice.
«Ruego que muchas vidas se puedan salvar de la misma manera».
Uno de los aspectos únicos del programa del Buen Samaritano es que trabaja con las iglesias para asegurar que los líderes lleguen a las personas y familias infectadas y afectadas por el VIH y el SIDA. El programa también fomenta el asesoramiento y las pruebas voluntarias. La Sociedad Bíblica de Malawi ha desarrollado el programa del Buen Samaritano por más de cinco años y ha sostenido muchos talleres comunitarios.