En 2011, el equipo de fútbol femenino de Estados Unidos perdió la Copa del Mundo de Japón en los penaltis. Cuatro años más tarde, los mismos equipos volvieron a disputar un título mundial.

Después de 16 años sin obtener la Copa Mundial Femenina de la FIFA, el equipo de Estados Unidos ganó la final, disputada en Canadá. Una media de 25.4 millones de telespectadores estadounidenses vieron en FOX la victoria de su selección por 5-2 ante Japón; esta cifra supone un nuevo récord absoluto en retransmisiones de partidos de fútbol por televisión en EEUU.

Esta cifra queda incluso por encima de las audiencias registradas en los partidos de la final de la NBA. Aunque la FIFA ha prohibido a los futbolistas hacer pública su fe en el campo de juego, las entrevistas pospartido e internet están fuera de esta norma.

En las redes sociales y en las entrevistas, varias atletas expresaron su fe y gratitud a Dios. El fútbol en los Estados Unidos es mucho más popular entre las mujeres que entre los hombres, así que estas declaraciones tienen un gran impacto. En especial, destacaron en este sentido Lauren Holiday y Tobin Heath, ambas con un gol por cabeza en la final.

TOBIN HEATH

La centrocampista Tobin Heath aprovechó una jugada en la zona para hacer el quinto gol. Ella es una de las más fervorosas cristianas y declaró en una entrevista para Beliefnet: ‘Yo jugué para glorificar a Jesús’. Heath fue dos veces medallista de oro olímpico y ahora es campeona del mundo. Sus cuentas en las redes sociales como Twitter e Instagram están llenas de versículos de la Biblia y cuando gana es común que escriba: “Gracias Señor”. Su actitud fuera del campo es notable. Dice que quiere ser ejemplo que puedan seguir los jóvenes atletas.

“Yo veo el fútbol como una plataforma para llevar a otros el amor de Jesús. Eso es lo que quiero”, dijo ella.

“Ser conocida o famosa no es lo que me motiva a trabajar duro. Quiero ser lo mejor que puedo ser para Jesús. Es por eso que juego. Juego para glorificarlo”.

Aclara: “Agradezco a Dios por todo. No sólo por resultados deportivos en términos de ganar o perder”, dice, afirmando que quiere ser un instrumento de Dios para mostrarle al mundo, “como Él transformó mi vida y cómo me dio un propósito y significado, amor y satisfacción”.