Los misioneros, Stephan de 32 años y Samuel de 29 años, misioneros y pastores, y James de 30 años, un evangelizador en la zona, son misioneros que volvían a su hogar el pasado martes después de un servicio de oración. Mientras caminaban, se encontraron con alguien y le hablaron de Jesucristo con versos bíblicos. Desde un oscuro rincón, extremistas saltaron sobre ellos y los golpearon con tubos de hierro. Al salir del hospital, los tres misioneros, convertidos del islam al cristianismo, fueron secuestrados.

Se estima que la causa de la agresión se debe a que el viernes pasado, doce creyentes de cinco familias árabes fueron bautizados en ese lugar. Los tres cristianos, que no se sentían cómodos en el hospital por esa razón, solicitaron el alta.

Al salir del hospital y antes de entrar en un taxi, le informaron al pastor Paul, director de Bibles of Mideast, que llegarían en 45 minutos. Pero nunca llegaron. Dentro del auto había otros dos pasajeros que no conocían y tanto ellos como el conductor son los principales sospechosos del hecho.

El grupo de misioneros con quienes trabajaban aún tienen esperanzas de que los liberen e invocan a todos los oyentes a orar por su bienestar y de sus familias.