Durante mí carrera cómo enfermera de Cuidados Intensivos, cuando tratábamos pacientes, el equipo médico siempre mantenía un profundo debate sobre los riesgos y beneficios de cada intervención cuando se trataba del plan de cuidados del paciente.
Todas las intervenciones médicas, desde complejas cirugías a prescripciones de medicina comunes, conllevan un riesgo. La medicina se rige bajo una guía de principios para proveer al paciente de intervenciones que sean lo menos invasivas posibles, y así minimizar el riesgo adicional de complicaciones o daño permanente.
Este principio es utilizado ampliamente en lo que se refiere a cuidado de salud, con una excepción: el tratamiento de disforia de género en menores.
La Disforia de Género es definida por la DSM-5 como “una marcada incongruencia entre el género experimentado/expresado y el asignado” (Los pacientes no pueden recibir una cobertura o reembolso en los gastos de intervenciones médicas sin diagnóstico).
Mientras que opciones exitosas y no-invasivas para tratar la Disforia de Género, las intervenciones altamente invasivas que pueden llevar a la infertilidad permanente, entre otras consecuencias, son las que se presentan a las familias como opción de primera línea “en la afirmación de género”, como modelo de cuidado.
Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría, la Academia Americana de Psiquiatría del Niño y Adolescente, y la Asociación de Hospitales de Niños abogan fuertemente por el cuidado pediátrico en la “afirmación de género”.
Mientras que la comunidad médica acuerda en la “afirmación de género” pediátrica, legisladores estatales de todo el país están debatiendo la ética y necesidad de estos tratamientos.
En 2020, el Subcomité de la Casa Pennsylvania en Cuidado de la Salud escucha dos posturas, en Marzo y Septiembre, discutiendo los tratamientos generales en menores que sufren Disforia de Género.
En la audiencia de Marzo, el Dr. Stephen Levine, un profesor clínico de psiquiatría, dió un impactante testimonio describiendo tres diferentes modelos de cuidado para el tratamiento en los niños.
El Dr Levine describe primero un primer acercamiento como “cuidadosa observación”, diciendo:
“Un acercamiento desde la observación cuidadosa coopera con la naturaleza fluida y variable de la identidad de género en niños, y busca asegurar tiempo, seguridad y apoyo para el proceso que tiene que darse. En el mientras tanto, el profesional buscará tratar cualquier trastorno mental en el infante o síntomas pero sin enfocarse en el género, separando ansiedad, compulsividad, etc”.
Él notó entonces que múltiples estudios muestran que “la gran mayoría de los niños pequeños que presentan Disforia de Género, si se dejan sin tratamiento, luego en la adolescencia dejan de lado el problema de la contradicción en identidad de género”.
El segundo aporte que discutió es el modelo de sicoterapia que se enfoca en trabajar con pacientes que identifican causas de estrés psicológico y aplican tratamientos tradicionales.
El tercer modelo de cuidado que identificó es conocido como “afirmación de género”, lo que incluye una serie de intervenciones desde la “afirmación social” en nombres y pronombres, a la administración de bloqueadores de la pubertad, esterilizaciones, y cirugías irreversibles cómo doble mastectomía.
La audiencia en Septiembre 2020 se enfocó enteramente en el modelo de “afirmación de género”.
Reportes públicos de febrero de 2020 muestran a la Dr Rachel Levine, como Secretaria de Salud de Pennsylvania, pidiendo a Nadia Dowsen y Linda Hawkins, co-fundadoras y co-directoras del Hospital de Niños de Filadelfia (CHOP), Clínica de Género y Sexualidad, preguntándoles si querían testificar en la audiencia.
“Me encantaría que se pudieran unir a mí en esto …
Sé que el comité invitará a otros a hablar que tal vez no tengan el nivel de conocimiento y experiencia que tiene el equipo de CHOP. Sé también que los otros oradores podrán tener puntos de vista divergentes a las nuestras respecto a la eficacia del tratamiento de afirmación de género”.
Dowsen respondió, “Estaría encantada de hacer lo que sea para ayudar”.
En la audiencia de Septiembre, Dowsen testificó en favor de la afirmación de género por más de una hora.
En su testimonio, Dowsen apoyó darle bloqueadores de pubertad a preadolescentes y menores.
Cuando notamos los jóvenes que son los individuos que pasan por la cirugía de reasignación de sexo, Dowshen no fue clara al respecto. Sin embargo, en 2017 un correo que recibió la Dra Levine, Dowshen dice que uno de los pacientes que recibió la cirugía tenía 17 años. En su testimonio, ella admitió que jóvenes de 14 años reciben doble mastectomías.
Darle estos tratamientos invasivos a niños es un fenómeno nuevo. No sabemos a largo plazo el impacto físico y sicológico de estos tratamientos, ni tampoco la culpa profunda que atraviesan los niños en transición.
Por ejemplo, los bloqueadores de pubertad no están aprobados para el tratamiento de Disforia de Género, y sin embargo son prescriptos a nivel de pediatría.
En diciembre 2022, el abogado general de Texas Ken Paxton, anunció que estaba investigando los que hacen estas drogas. Dijo en un comunicado:
“La venta, manufactura, prescripción y uso de bloqueadores de pubertad en menores es peligrosisimo…”
“Estas drogas fueron aprobadas para otros fines y pueden tener efectos irreversibles. No permitiré que las compañías farmacéuticas tomen ventaja de los niños”.
No solo son intervenciones experimentales, sino también muy costosas. En una presentación de 2018 de NIH, Nadia Dowshen estableció que el tratamiento hormonal rondaba entre los U$40000 al año, más impuestos y gastos. Un reporte público de parte del Consejo de Familia de Pennsylvania encontró que desde 2015, los impuestos fueron gastados en más de 16.7 millones de dólares en “reasignación de sexo y transición con drogas”.
Como la primera generación de pacientes de la afirmación de género pediátrica está llegando a la adultez, estamos viendo cómo muchos están volviendo atrás de sus decisiones, como Chloe Cole, quien habla en contra de la afirmación de género pediátrica.
Los altos riesgos del tratamiento llevan a un simple cuestionamiento: Por qué la medicina americana recomienda exclusivamente el tratamiento más invasivo en los niños que sufren Disforia de Género, cuando existen otras opciones exitosas y menos dañinas. Acaso han abandonado si primer principio de no dañar al paciente”.
Mientras tanto, varias naciones europeas están reconociendo estos riesgos, y dejaron atrás la idea de los americanos de “mejor un hijo vivo que una hija muerta”; usando esta afirmación para justificar los tratamientos terribles contra los niños.
Necesitamos entender que quienes no aprenden de la historia, están condenados a repetirlo.
En 1935, el neurocirujano Egas Moniz descubrió la cura de todos los males, la lobotomía (y hasta ganó un premio Noble por tal). Por dos décadas, miles de pacientes recibieron está cirugías barbáricas bajo la bandera de la salud psiquiátrica, hasta que la locura y el peligro de estás intervenciones fueron reconocidas y los procesos eventualmente pararon.
Y en uno de los puntos más incoherentes de la exposición, la Dr Levine, que representa a la Secretaria General de Salud y Servicios Humanos dijo:
“Y así como los doctores practicaron lobotomía para tratar los desórdenes psiquiátricos muchas décadas atrás; la Disforia de Género es el único diagnóstico psiquiátrico que debe tratarse con cirugía”.
Aquellos que fallan en aprender de su historia, están condenados a repetirla.