El pasado sábado 19 de junio se realizó por zoom con 350 participantes de casi toda Argentina, un nuevo Encuentro Nacional de Pasando La Antorcha, espacio de unidad promovido por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) para líderes de hasta 45 años con un llamado de Dios a ejercer sus dones en el Cuerpo de Cristo y en la sociedad a través de la Iglesia del Señor.

Durante el encuentro que moderó el pastor Sebastián Crudo, éste brindó la bienvenida a líderes juveniles de distintas esferas y áreas de influencia. Posteriormente la pastora Daniela Freidzon, compartió una reflexión basada en Efesios 1:18. Y desafió a los presentes sobre la necesidad de estrategias del cielo. “Nuestro Señor no está en crisis, cuando avanzamos como iglesia, las tinieblas retroceden” dijo.

El pastor Sergio Belart también compartió otra reflexión esta orientada a los llamados al ministerio juvenil, citando pasajes de Génesis 12:2; 15:5 y Romanos 12:2. Entre sus conceptos, señaló que “la Iglesia debe invertir sus recursos en la juventud. Porque el rumbo del país lo van a continuar los jóvenes; tenemos que ser conscientes de que somos el recurso de Dios para cambiar la Tierra, por eso tenemos que avanzar.”

El pastor Rubén Proietti, titular de la Alianza, alentó “a cada uno de los presentes a fortalecerse en ‘tiempos de listas negras’, donde la persecución de la Iglesia de Cristo está latente”. También enfatizó que «PLA» es un espacio para el desarrollo de la juventud y para relacionarse con sus pares, y ser de influencia en cada una de sus congregaciones. Por último puso en valor el continuo crecimiento de la entidad e hizo referencia a una de las últimas acciones de ACIERA, donde el último viernes pastores y líderes rindieron “un reconocimiento a los uniformados cristianos que se desarrollan en las distintas fuerzas del orden a lo largo de todo el territorio nacional.”

Inmediatamente después, el pastor Christian Hooft, líderes de la primera hora de PLA, expresó “la llama de la antorcha continúa encendida”, y motivó a cada líder “a ser sal y luz, y agentes de cambio en nuestra sociedad, desde el lugar que cada uno ocupa.”