Un familiar de varios de los misioneros ex secuestrados de Christian Aid Ministries en Haití dijo que ya se había pagado por el rescate para su liberación pero que la pandilla se rehusó liberar a todos antes de que los 12 rehenes restantes logaran escapar.

“Había un arreglo de rescate que se logró con los secuestradores, y hasta donde yo tengo entendido el rescate fue entregado el domingo por la noche en la cual mi esposa e hijo y la otra mujer fueron liberados”, así lo mencionó Ray Noecker, un residente de Michigan y misionero durante una entrevista con MLive que fue publicada el lunes.

WZZM reportó que los últimos 12 de 17 misioneros organizaron un temerario escape de las garras de la pandilla 400 Mawozo en Haití el mes pasado mientras que sus secuestradores estaban ocupados asegurándose que sus teléfonos estuvieran cargados. El temerario escape de los 12 misioneros el 15 de diciembre después de dos meses en cautividad, llegó justo a los 11 días después de la liberación de los otros el 5 de diciembre, incluyendo la esposa de Noecker, Cheryl, y su hijo de 6 años, Sheldon. Sus otros cuatro hijos, Cherilyn de 27 años, Courtney de 18 años, Brandon de 16 años y Kosandra ahora de 14 años, estaban entre los escapistas del 15 de diciembre.

Dos semanas anteriores a eso, la pandilla liberó a los primeros dos misioneros, aparentemente por razones médicas.

A pesar de que no se sabe cuanto dinero se pagó y quien pagó por la liberación de los misioneros, Noecker insistió que el 16 de octubre se hizo un pago por todo el grupo de secuestrados.

“El acuerdo de rescate era por el grupo completo, pero había división dentro de la pandilla así que no pudieron liberarlos a todos en esa ocasión (el 15 de diciembre)”, dijo Noecker. “Así que esa seria una de las razones que la pandilla tenia para haberle dicho al grupo que estaba cautivo que serian liberados debido a las llagas, la condición medica de mi esposa y de otra mujer”.

Una fuente con conocimiento de las primeras dos liberaciones le dijo al The Miami Herald que no se pagó ningún rescate incluso a pesar de que el líder de la pandilla 400 Mawozo, Wilson Joseph, había amenazado con asesinar a todos los misioneros si su pandilla no recibía $1 millon por cada uno para su liberación.

Christian Aid Ministries anteriormente compartió como el grupo de misioneros secuestrados repetidamente planeó y oró por su escape y esperaron por las señales correctas de parte de Dios.

Durante un almuerzo y vigilia de oración celebrando el regreso seguro de su familia en el West Michigan Research Center, Noecker explicó en un reporte de WZZM como la lluvia abrió una ventana para que cuatro de sus hijos y los otros misioneros escaparan el 15 de diciembre.

Noecker, quien estaba preparando un día de enseñanza para pastores cuando los misioneros fueron secuestrados, explicó que los guardias quienes los custodiaban en la noche normalmente se reunían alrededor del cable de una extensión para cargar sus teléfonos.

Las lluvias torrenciales en la noche de su escape sumergieron bajo el agua el cable y forzaron a los guardias a mover la instalación de carga de teléfonos al lado opuesto del edificio, abriendo una puerta para su escape eventual.

El mes pasado, el portavoz de CAM, Weston Showalter, dijo que una vez que los misioneros estuvieron lejos del campo de rehenes, se movieron hacia una montaña característica identificada como un punto de referencia y caminaron hacia el noreste bajo la luz de las estrellas.

“Con la ayuda, protección y guía de Dios, ellos rápidamente caminaron a través de la noche. Caminaron por posiblemente hasta 10 millas, viajando entre los bosques y arbustos, abriéndose camino entre las espinas y zarzas. Uno de los rehenes dijo, ‘Dos horas [de la caminata] fueron entre feroces arbustos. Estuvimos en territorio de la pandilla durante todo el camino’” así lo hizo notar Showalter. “La luna proveyó luz para el camino. Durante las ocasiones donde no sabían que camino seguir, se detenían y oraban, pidiéndole a Dios que les mostrara”.

Noecker dijo que cantó cuando se reunió por primera vez con su familia completa.

“Solo empecé a cantar”, recuerda él.

El domingo, solo días después de que los misioneros y su esposa regresaron al Oeste de Michigan, su comunidad salió a agradecer a Dios y celebrar su regreso a salvo.

“Solo queremos celebrar lo que Dios hizo”, dijo el Pastor Ryan Vanderzwah. “Oramos y Él respondió”.

A pesar del secuestro en Haití, Noecker le dijo a WZZM que si Dios llama a su familia a regresar y ministrar allí él planea responder a ese llamado.

“Dios nos llama a ministrar a las personas que están sufriendo”, dijo él. “Así que esa es la razón por la cual acudimos como familia, porque había una necesidad y una oportunidad de hacer la diferencia en la vida de las personas”.