Alrededor de 100 refugiados iraníes que fueron invitados a reestablecerse en Estados Unidos y después de un año de espera en Viena se les negó la entrada ahora tienen dos razones para esperar.

Después de haber sido rechazados de América, los migrantes han solicitado asilo en Austria y cuatro de ellos ya han sido aprobados. El ultimo desarrollo en su caso ocurrió después de que muchos hubieran agotado sus ahorros y se les hubiera separado de sus familias – las negaciones separaron a dos mujeres de sus prometidos y separaron a padres de sus hijos.

A principios de este año, Godrun Kugler, miembro del parlamento Austriaco, se enteró de la situación de los refugiados e invitó al grupo a que se reuniera con ella.

“Con lágrimas en los ojos, estas personas me hicieron saber que tanto deseaban empezar a trabajar y vivir vidas significativas” dijo Kugler. “Una mujer joven me dijo que ella no ha asistido a la escuela en dos años. Ella no puede dormir y se estaba auto medicando. Esta incertidumbre es muy difícil para ellos.”

Kugler, que cree en que ayudar a la comunidad es parte de seguir su llamado como cristiana, se acercó a una serie de NGOs para que ayudaran a los migrantes a encontrar seguro de salud, inscribirse en clases de alemán y tomar ventaja de las opciones para capacitación laboral.

Una de sus organizaciones asociadas, The Nazarene Fund, ofreció apoyo para el alquiler y ayuda para cuidados médicos, cuidado psicológico y servicios legales. Además, la agencia hablo con el gobierno de Estados Unidos para averiguar porque se le había negado entrada al grupo después de que inicialmente fueran aceptados. Desde entonces el Departamento de Estado de EE. UU le ha pedido al grupo que vuelva a enviar sus requisiciones para asilo.

Otra razón de esperanza: A principios de este mes, un juez de distrito para el Norte de California se puso del lado de los refugiados, desafiando la negación general del gobierno de Estados Unidos que los dejó abandonados en Europa – con miedo de regresar al país del que huyeron e imposibilitados de proceder al país que les había ofrecido refugio.

En el caso de refugiados, Doe v. Nielsen, la juez Beth Labson Freeman ordenó al gobierno revisar su rechazo masivo de las minorías religiosas de Irán – muchos de los cuales son cristianos. Los refugiados ahora pueden presentar apelaciones y si el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) sigue optando rehusarles la entrada, este debe de proveer razones para cada individuo por separado.

El juez escribió en su decisión, “DHS conserva una gran cantidad de autoridad y discreción para adjudicar solicitudes de refugiados, pero no tiene la discreción de violar la ley”.

La ley que inicialmente les permitió el paso de Irán a América es la Enmienda Lautenberg, una política con décadas de antigüedad que facilita el reasentamiento de las minorías religiosas perseguidas, especialmente judíos y cristianos de la antigua Unión Soviética. En 2004, la suma de la Enmienda Specter incluyó como elegibles a las a las minorías religiosas iraníes al programa.