Los rebeldes dispararon proyectiles en el barrio de Bab Touma, destruyendo varias iglesias y edificios sin importarles la vida de las personas presentes. Entre los asesinados se encuentra Elías Khoury, un bebé de tres años. Sus padres están en cuidados intensivos y aún no saben que su pequeño hijo ha partido a la presencia de Dios.
“Hemos registrado 7 menores, 6 mujeres y 8 hombres con síntomas de asfixia”, dijo a Efe el portavoz de la opositora Dirección de Sanidad de la región, Fayez Orabi. La organización de rescatistas conocida como los Cascos Blancos acusó a las tropas gubernamentales sirias de haber empleado gas cloro, un gas venenoso para el ser humano.
Los ataques aéreos y artillería ha matado decenas de personas, provocando una grave escasez de alimentos, agua y medicinas. Asimismo, acusa a Estados Unidos y Francia de mentir sobre el uso de armas químicas en Siria.
Los enfrentamientos entre las fuerzas rebeldes y gubernamentales ha aumentado en las últimas semanas. Los guerreros se desplazaron hacia el este de Ghouta, donde se alberga a 40,000 personas.
Fuente: ABCNews y LaVanguardia