El movimiento de la Misión Integral surgió como un camino de reflexión y prácticas comprometidas con Dios y con el mundo, con el fin de crear nuevos espacios de fe, por donde las generaciones actuales y las venideras promuevan el Reino de Dios.

“El cambio que se requiere para que la idea de la Misión Integral se encarne en la vida de la iglesia tiene que ver con la manera de concebir la relación de Iglesia con el mundo” (Padilla René).

Si tuviéramos una buena conciencia eclesial deberíamos de responder bíblicamente a un mundo que gime esperando la manifestación liberadora de los hijos de Dios (ROM 8:18-24).

. La Misión Integral obedece al llamado de Dios a la Iglesia en cumplimiento de su propósito de restaurar a toda la Creación en Cristo en cada contexto sociocultural e histórico de manera que todas las áreas de la vida sean afectadas positivamente por medio de la proclamación del evangelio de Cristo, el discipulado, el servicio, la adoración, la pastoral y la unidad (Solís Mauricio 2015)

La Misión Integral no es una actividad, es el estilo normal de vida de todos aquellos que han nacido de nuevo, lo que les permite crecer y ser transformados en todo, según la dirección y el orden de Dios, hasta alcanzar la vida plena.

Siempre la iglesia ha sido llamada a una misión integral, o se una transformación holística en la proclamación y la demostración del evangelio. No solamente es que la evangelización y el compromiso social tengan que llevarse a cabo juntos, más bien en

la misión integral nuestra proclamación tiene consecuencias sociales cuando llamamos a la gente al arrepentimiento y el amor por los demás en todas las áreas de la vida.

Y nuestro compromiso social tiene consecuencias para la evangelización cuando damos testimonio de la gracia transformadora de Jesucristo. Si hacemos caso omiso del mundo, traicionamos la palabra de Dios, la cual los demanda que sirvamos a Dios, sino hacemos caso a la palabra de Dios no tenemos nada que ofrecer al mundo.

Como iglesia nos debemos comprometer con el ejercicio integral y dinámico de todas las dimensiones de la misión a la cual Dios nos llama.

Cuales han sido los puntos vulnerables de nuestra sociedad de hoy día, y desde hace muchos años atrás: 1. La esclavitud y el tráfico humano, que difícil decir no se ha hecho nada, la iglesia global debe levantarse en protesta contra estos hechos son sistemas de esclavitud más antiguos del mundo. Debe de tener actualmente estrategias a seguir en este punto, capacitar, informar, etc. a su iglesia.

La migración en una escala sin precedentes en el mundo de hoy, por diversas razones ha producido el tráfico humano en cada continente, la esclavización generalizada de mujeres y niños en el comercio sexual, y el abuso infantil a través del trabajo forzado. Esto implica lidiar con los factores sociales, económicos y políticos que alimentan este comercio los esclavos del mundo claman a la iglesia de Cristo.” Liberen a nuestros niños, liberen a nuestras mujeres, sean nuestra voz, muéstrenos la nueva sociedad que prometió Jesús.” (Lausana 2010).

2. La pobreza: En este siglo han aumentado los pobres, aunque las escrituras nos dicen siempre los tendréis, pero también el deseo de Dios es de una justicia económica sistémica y compasiva, el respeto y la generosidad hacia los pobres y necesitados.

Sabemos que no se va a resolver el problema de la pobreza, pero también hay gran riqueza y avaricia en nuestro pueblo. El evangelio cuestiona la idolatría del consumismo desenfrenado, porque somos llamados a servir a Dios y no a las riquezas, a reconocer que la avaricia perpetúa la pobreza, la Biblia incluye a los ricos a su arrepentimiento y los invita a unirse a la comunidad de los que han sido transformados para una misión integral.

3. Personas con discapacidades: Las personas con discapacidades forman uno de los mayores grupos minoritarios del mundo, la mayoría viven en los países menos desarrollados y se encuentran entre los más pobres de los pobres, la mayoría se encuentran en esta situación de discapacidad por actitudes sociales, injusticia y falta de acceso a los recursos. La persona con discapacidad no finaliza con la atención médica o la provisión social, implica luchar junto a ellas, las personas que los cuidan y sus familias, por la inclusión y la igualdad, tanto en la sociedad como en la iglesia. Debemos hacer de la iglesia lugares de inclusión e igualdad para las personas con discapacidad y acompañarles para resistir los prejuicios y defender sus necesidades en la sociedad más amplia.

Dios es a la vez el Creador y el Juez de todos los hombres, por eso debemos compartir su interés por la justicia y la reconciliación en toda la sociedad humana, y su interés por la liberación de los hombres de toda clase de opresión. Puesto que la humanidad está hecha a imagen de Dios, toda persona no importa cuál sea su raza, religión, color, cultura, clase social, sexo o edad tiene una dignidad intrínseca a causa de la cual merece ser respetada y servida, y no explotada. Debemos de tomar en cuanto que

hemos sido negligentes por haber considerado muchas veces que la evangelización y la preocupación social se excluyen mutuamente.

4. Libertad y persecución: Es un deber asignado por Dios a todo gobierno el asegurar condiciones de paz, justicia, y libertad en medio de las cuales la iglesia pueda obedecer a Dios, asignado también por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero las advertencias de Jesús fueron la persecución es inevitable.

Hagamos Misión Integral para eso fuimos llamados.