Solo el año pasado, debido a que la pandemia sumó más tragedia a la golpeada Siria, los contribuyentes de Puertas Abiertas han provisto más de 21.000 paquetes de ayuda para la distribución a Iglesias y compañeros locales. Es solo una de las formas en que los donantes ayudan a la iglesia siria en lo diez años que lleva la guerra civil.

En marzo de 2011, la guerra civil estallaba, llevando a una devastadora perdida de vidas humanas, destrucción y desplazamiento. Además, le acompañó una profunda crisis económica agravada por las sanciones internacionales. El año pasado, la pandemia global solo trajo más muerte, angustia, dolor, desastre económico y demás.

La pandemia agregó mayor vulnerabilidad a los Cristianos.

«Debido a la ferocidad de la guerra, muchos cristianos han perdido toda fuente de ingresos, y sus hogares», explica Ibrahim, quien trabaja junto a Puertas Abiertas y cuya verdadera identidad es reservada. «Muchos tuvieron que huir de sus ciudades para proteger a sus familias. Además, la moneda Siria se devaluó drásticamente y los salarios de aquellos con la fortuna de un trabajo se ha vuelto insuficiente.»

«Con la población en extrema necesidad, la pandemia de COVID-19 solo agravó la situación de los vulnerables y necesitados de provisión», continúa Ibrahim. «Los que aún tenían un ingreso antes de la pandemia han visto su salario ser afectado negativamente por la recesión y la inflación que el país atraviesa a causa del impacto del virus.»

Ahora bien, cerca de 21.000 paquetes de ayuda han sido distribuidos de acuerdo a la necesidad.

Por fortuna, la larga estadía de Puertas Abiertas en el país -junto a los fieles donativos y generosos aportes de los afiliados a la organización- ha significado que la iglesia siria esté bien equipada para paliar la urgente necesidad causada por el virus. El año pasado, cerca de 21.000 paquetes de ayuda fueron distribuidas, y su contenido variaba de acuerdo a la necesidad de quién lo recibía. Algunos de los insumos incluían alimentos, artículos de higiene personal, desinfectante y mascarilla.

«Distribuimos alimentos a cientos de familias», según reportó Judy de la Iglesia El Nazareno, quien fue parte de la distribución de ayuda. «Dimos mascarillas y esterilizante, y distribuimos medicina y vitaminas para reforzar la inmunidad de la comunidad.»

La necesidad es inmensa en Siria, por eso es importante la continuidad de las donaciones.

Hay una tendencia errónea a creer que Siria se encuentra en vías de recuperación ya que no aparece tanto en los medios de comunicación, pero quienes viven allí como Mousa remarcan todo lo contrario. «La necesidad es enorme», dijo él. «La guerra no ha terminado, las sanciones internacionales no se han levantado, la crisis económica a causado una falta de combustible, electricidad, alimentos y medicina.»

«La pandemia no se ha retirado y es una gran amenaza más sobre nuestro pueblo», agregó.

 

Fuente: Puertas Abiertas UK