Conforme la violencia militar devasta y dispersa a las comunidades en Burkina Faso, los pueblos se han quedado sin iglesias . Actualmente hay más de un millón de personas desplazadas internamente. Las pocas lluvias y el Covid-19 han profundizado la crisis. Socios de Puertas Abiertas están trabajando para proveer ayuda de emergencia.
Este fue alguna vez un país donde las personas de diferentes religiones coexistieron pacíficamente, un faro de tolerancia religiosa. Pero recientemente un recrudecimiento de violencia está devastando y dispersando a las comunidades en el país de Burkina Faso el cual no tiene salida al mar y es en su mayoría musulman – el inicio del Covid-19 solamente ha empeorado las cosas, afectando a muchos cristianos.
Ataques, ejecuciones y secuestros de civiles son comunes en Burkina Faso, perpetrados mayormente por grupos militantes en el norte y este del país. Los cristianos están entre los más afectados. En febrero, Puertas Abiertas reportó la trágica muerte del Pastor Omar Tindano, su hijo y sobrino, y diácono Lankoandé Babilibilé.
El Pastor Woba* por poco escapó un fin similar. En una ocasión estaba en su hogar con su esposa y su hija bebé cuando los secuestradores se acercaron a su casa. Era demasiado tarde para huir, así que cerraron todas las puertas con seguro. El grupo trató de entrar, incluso usaron una llave. «Nuestra hija tenía miedo y lloraba mucho», recuerda el Pastor. «Pero ellos se fueron».
Un trabajador de salud compartió que después de estos incidentes, otros 30 pastores y muchos feligreses huyeron a Sebba, al este de Burkina Faso, donde los atacantes estipularon reglas que todos deben seguir. «Los hombres deben usar pantaloncillos capri y dejarse crecer la barba y las mujeres tienen que usar un velo». «Estas reglas no son solamente para los no-musulmanes. Si no las sigues, eres ejecutado – incluso si eres musulman».
Actualmente, más de un millón de personas están desplazadas internamente – más de cinco por ciento del país. Casi la mitad de esta cifra son nuevos desplazados de este año – un incremento de más de cinco veces de la cifra del 2019 la cual era de 87.000.
El Pastor Karin* explica, «De Djibo a Dori (formando el triángulo noreste de Burkina Faso), no encontrarás ninguna iglesia abierta. Los cristianos han huido a diferentes campos de refugiados o ciudades seguras tales como Kaya, Kongoussi, Sapouy, Djibo, Ye, Ouagadougou, etc.
«Difícilmente se encuentran a los cristianos en los campos de refugiados. Siempre a su llegada van a la iglesia buscando ayuda, lo cual dificulta el hecho de que se beneficien de los regalos o ayuda distribuida a los desplazados a través de la oficina del alcalde y servicios sociales».
Iglesias locales están dando la bienvenida a los desplazados pero los recursos son limitados. Jacques* pastorea una iglesia en Kongoussi. El dijo que, «Al principio, recibimos a los desplazados en la iglesia, en el complejo antes de encontrarles un lugar donde quedarse. Es un proceso muy difícil ya que es muy complicado encontrarles alojamiento». Incluso si encontramos alojamiento, la renta necesita ser pagada, pero obtener un ingreso es difícil.
La ONU ha expresado preocupación por la dificultad causada por el desplazamiento. «Las poblaciones anfitrionas están en un punto de tensión ya que comparten los pocos recursos que tienen mientras ellos mismos enfrentan la pobreza, escasos recursos de salud y medios de sustento que desaparecen rápidamente», reporta la agencia. «Para las personas que han huido de las guerras y persecución y para las comunidades que los acogen, el impacto adicional del Codiv-19 es devastador».
Los Asociados de Puertas Abiertas están en el proceso de organizar asistencia de emergencia en países de África Occidental. Entre ellos están 872 familias del norte de Burkina Faso, quienes se beneficiarán del arroz, maíz, frijoles y aceite por tres meses.
*Los nombres fueron cambiados por razones de seguridad.
Photo: Open Doors UK
Fuente: Open Doors UK