Dos pastores fueron atacados y golpeados por extremistas hindúes, justo antes del comienzo de la reunión evangélica de tres días en el estado de Chhattisgarh, y fueron forzados a disculparse porque la conferencia y las palabras de Jesús causaron que los radicales se ofendieran.
Un pastor local reportó que los pastores Vijay Jogi y Santosh Rao fueran obligados por la policía a firmar una carta de disculpa a la comunidad hindú y a no participar de la reunión evangélica, a la que asistieron mas de 1,000 personas en Charoda.
El 16 de noviembre, un grupo de 70 hindúes nacionalistas atacaron a los pastores justo antesde que el evento comenzara.
«El pastor Vijay Jogi y el pastor Santosh Rao estaban recibiendo a la gente en la entrada,» contó el pastor Amos James. «De repente, unos 70 hindúes activistas irrumpieron en la entrada, y golpearon a los pastores, llevándolos a rastras a la estación de policía.»
Jogi contó que los extremistas primero abofetearon a Rao tres veces, y luego procedieron a golpearlos a ambos.
Jogi explicó que antes de empezar la reunión, recibió una llamada de la policía local advirtiendole que suspendiera el evento. No fue hasta después del ataque que entendieron que «los agresores no les dejarían llevar adelante su tiempo de oración y adoración.»
Según Jogi, los extremistas hindúes se molestaron cuando vieron las palabras de Lucas 7: 22-23 en los panfletos de invitación al evento.
El verso dice: «Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.»
«Los activistas hindúes comenzaron a discutir acerca de esto con nosotros, ‘Ustedes están promoviendo creencias ciegas. Cómo puede un cojo andar o resucitar un muerto. Si su Dios hace todo esto, por qué su gente acude a los doctores entonces, » recordó Jogi.
«Me dijeron que había hecho mal en escribir esas palabras,» continuó Jogi. «Les dije que yo no las había escrito, que eran versos tomados de la Biblia, y que se aplicaban a toda la humanidad.»
«Los activistas dijeron, «Estas palabras nos ofenden’,» recordó Jogi.
«Si las palabras escritas en el panfleto los ofende a nivel personal, les pido disculpas hermanos. De verdad lo sentimos,» recuerda Jogi acerca de su respuesta a los hindúes.
Aunque los líderes cristianos en el área reportan no haber tenido problemas en llevar a cabo eventos religiosos los últimos 20 años, la turba hindú dice que estos pastores necesitaban un permiso de parte de los magistrados judiciales y una aprobación de la policía local.
Los pastores fueron llevados a la fuerza a la estación policial, donde los oficiales también les cuestionaron la falta de los supuestos permisos.
«La policía me dijo que pusiera punto final al asunto y cancelara inmediatamente el evento,» contó Jogi. «Estabamos privados de la libertad junto al pastor Rao, mientras los extremistas desmantelaban y destruían todo en la reunión. La policía nos dijo que si pensábamos siquiera levantar cargos contra los agresores, ellos mismos se pondrían en nuestra contra. Ni siquiera asentaron lo ocurrido esa noche.»
El enojo de los extremistas era que el evento fuera abierto a la comunidad hindú, ellos alegaban que los cristianos solo debían trabajar con cristianos.
Rao explicó que en situaciones como esta, donde la policía está del lado de los agresores, «los cristianos tienen muy poca chance de ser defendidos.»
Mientras Jogi y Rao estaban en la estación de policía, «fueron forzados a firmar una disculpa manuscrita bajo estricta supervisión de los extremistas.»
«La carta decía que, por llevar adelante esta reunión, herimos los sentimientos de los hindúes. Decía que nos discúlpabamos sinceramente por eso y cancelábamos el evento,» dijo Rao. «Ellos me golpearon para que firmara.»
«Volveremos a llevar adelante la reunión evangelística en Mayo. Y esta vez no nos daremos por vencido. Conseguiremos todos los permisos necesarios y lo haremos,» afirmó Jogi. «Los activistas me siguen a donde quiera que vaya. Sé que mi vida está bajo amenaza. Pero he dedicado mi vida a la obra del Señor, y lo haré hasta mi último aliento de vida.»
Ataques como éste, ubican a India en el puesto 15, de la lista de países perseguidores de cristianos, según Puertas Abiertas Estados Unidos, en 2017.