Jalil Dawood, pastor que encabeza la Iglesia Árabe de Dallas y es fundador de Cuidado Mundial del Refugiado, ha lanzado un nuevo libro escrito para inspirar a otros cristianos a alcanzar a los millones de refugiados en necesidad, tanto en Estados Unidos como en los mares.
“Hay mucha desinformación sobre cómo lidiar con los refugiados”, dijo Dawood en una entrevista reciente con The Christian Post sobre su experiencia como refugiado, que detalla en su libro El refugiado: una historia de la Gracia de Dios en el camino de un hombre a su refugio. “Dios está enviando las naciones aquí. Y Dios nos quiere alcanzando a esa gente”, enfatizó.
En 1982, en medio de la guerra entre Iran e Irak, Dawood, con 18 años, se las arregló para salir de Irak y llegar a Roma con la intención de conseguir asilo en Estados Unidos, como lo habían hecho dos de sus hermanos previamente. Aunque fue criado en una familia cristiana tradicional en Bagdad y fue perseguido como un infiel por el gobierno iraquí de Saddam Hussein, el nunca había sentido una conexión real con Dios. Aun en Roma, Dawood tuvo un encuentro inesperado con el Señor cuando a un estadounidense llamado Steve compartir el evangelio en un club al que había ido a aprender inglés y mirar películas. Terminó pronto en un estudio bíblico en el que, según escribe, escucharía el mensaje del evangelio claramente por primera vez en su vida y aceptaría al Señor. Steve y su esposa, Marilyn, lo discipularon y se volvieron como su familia, y oraron por él cuando fue aprobado su ingreso a Estados Unidos.
Dawood quedó impactado como iraquí al escuchar a un estadounidense hablar sobre Dios porque siempre había considerado a los Estados Unidos como el lugar más carente de Dios. Ese pensamiento creció por ver la inmoralidad de las películas estadounidenses y los mensajes que llegaban gracias al aparato de propaganda de Saddam Hussein. Esos estereotipos y mentalidad se mantienen hasta hoy en Irak, según dijo el pastor a TCP. En Medio Oriente, “(los estadounidenses) son considerados impuros, Sionistas, salvajes, descontrolados, promiscuos, como Occidentales o israelíes”. Mientras que algo de eso ha cambiado por el internet y más gente accediendo a otros medios de información, prevalece la visión de que el Oeste sigue siendo un lugar donde Dios no habita, explicó el pastor. “Y mi historia no es la única. Mi historia recuerda a la gente que Dios está vivo y que trabaja y necesita que nos unamos a Su movimiento. Su movimiento consiste en que la gente venga y los alcancemos aquí o en Europa o en Medio Oriente”.
Se le preguntó qué diría como pastor cristiano árabe a cada iglesia norteamericana, si tuviera la posibilidad de hablarles por cinco minuto ininterrumpidos, y fue ahí que dijo: “Diría que se mantengan fuera de la política, que ayuden a los refugiados y compartan el evangelio con ellos. Yo me decepcioné fuertemente cuando todos salieron a protestar pidiendo al presidente Trump que detenga el ingreso de ciertas naciones, porque hay millones de cristianos refugiados en Medio
Oriente y nadie se preocupa por ellos. Estos son los últimos días y Dios nos está trayendo las naciones a nosotros. Los refugiados son una oportunidad de misión, no una agenda política.”
Al preguntarle cuál es su consejo para los cristianos que quieren ayudar pero luchan con la tensión sobre cuánto permitirán los Estados Unidos y las cuestiones de seguridad, el pastor dijo: “El gobierno necesita protegernos y prevenir la maldad que pueda entrar aquí. Ese es su trabajo. Pero nosotros, la Iglesia, necesitamos hacer nuestro trabajo de alcanzar a esa gente y compartir el evangelio con ellos. Esta carga ministerial está apoyada en un montón de las Escrituras y los cristianos no debemos olvidar que Jesús fue alguna vez un refugiado. La Biblia tiene más de 70 referencias sobre cómo tratar con los extraños alrededor nuestro. Incluso dice que algunos experimentaron hospitalidad con ángeles sin saberlo”, dijo, haciendo referencia a Hebreos 13:2. “La gente de Israel fue refugiada en Egipto y Dios les recordó una y otra vez que eran sólo peregrinos en una tierra diferente, por eso hay que ser amables con los extraños y desconocidos. Y la Biblia los pone a ellos en el mismo nivel que los huérfanos y las viudas”.
Cuando Pablo predicó a los atenienses en una colina en Hechos 17, “les dijo que el Señor determinó las fronteras con una única razón: que le conocieran a Él”, explicó Dawood. Eso sigue siendo cierto hoy, argumentó, “por eso necesitamos saber que Dios está moviendo a la gente que podría conocerlo”. Los refugiados nunca olvidarán la ayuda que se les brindó y así como Steve and Marilyn le mostraron amabilidad, lo alimentaron, y compartieron el amor de Jesús con él, eso impacta a los musulmanes muy profundamente. “El Corán enseña a los musulmanes a no ser amigos con los infieles, con gente de otras religiones, pero lo que pasa es que cuando expresas amabilidad, eso los confunde de una forma positiva”, dijo el pastor, y continuó “Ellos piensan ‘Bueno, si él es un enemigo y me hace algo bueno, eso no tiene sentido. ¿Debería yo seguir sintiendo animosidad hacia esta persona?’ Eso lo hace pensar más profundo que lo que dice ese libro”. Y cuando los cristianos exhiben amabilidad, simplemente lo hacen en obediencia al Señor. “El Señor dice ‘Estuve hambriento y me alimentaste; tuve sed y me diste agua; estuve desnudo y me vestiste; estuve en prisión y me visitaste; y si lo hiciste con alguien, también lo hiciste conmigo’”
Dawood es pastor hace 10 años y predica el evangelio en la Iglesia Bautista Árabe de Dallas. Su congregación está compuesta mayormente por inmigrantes y refugiados. Dawood dice en su libro: “Si tenés miedo del terrorismo, los refugiados son tus vecinos. Si votaste a republicanos o demócratas, los refugiados son tus vecinos. Si nunca en tu vida le hablaste a alguien de otro país, los refugiados son tus vecinos. Y ¿qué dice la Biblia que hay que hacer con los vecinos, con el prójimo? Amarlos.”