Una corte indonesia sentenció a un pastor protestante a cuatro años de prisión, y a pagar una cuantiosa multa, simplemente por compartir su fe con un conductor de taxi.
El Jakarta Post reportó que la corte del distrito en Tangerang, Java, condenó a cuatro años de arresto y una multa equivalente a U$ 3,565 al Rev. Abraham Ben Moses, un reconocido ex-musulmán.
Moses, quien fue arrestado en Diciembre pasado, fue detenido después de que circulara un video donde se lo veía compartiendo su fe con un taxista musulmán.
Según La Voz de Los Mártires, Moses puede ser oído en el vídeo hablando acerca del profeta musulmán, Mahoma y sus enseñanzas acerca del matrimonio. En el video también se lo puede ver preguntándole al taxista si desea aceptar a Cristo.
Debido al video, Muhammadiya, una de las organizaciones islámicas más grandes, lo demandó por blasfemia a Moses.
Según el Jakarta Post, el juez que preside, Muhammad Damis, estimó que Moses transgredió la ley de Transacciones Electrónicas e Informáticas, al compartir información que podría incitar al odio por temas religiosos.
El equipo jurídico y legal de Moses apelara la sentencia.
«La sentencia es muy grande para nuestro defendido,» dijo uno de lo abogados del evangelista, Maxie Ellia.
Se sabe que la sentencia fue especialmente dirigida por lo organización Muhammadiyah.
«Esta decisión debe ser apreciada y valorada como una lección para todos los sectores,» dijo el oficial de Muhammadiyah, Pedri Kasman.
Indonesia, donde 8 de cada 10 ciudadanos son musulmanes, se encuentra en el puesto 38 de los países perseguidores de cristianos, según Puertas Abiertas EE. UU.
En un video testimonial compartido por La Voz de Los Mártires esta semana, Moses dijo desde prisión que la fortaleza que tiene «proviene de Jesús.»
«Él es mi mejor amigo. Nunca me deja. Su promesa es ‘Si’ y ‘Amén’,» dijo Moses a través de su traductor. «Jesús cuidará de mi y de toda mi familia.»
Puertas Abiertas EE.UU ha reportado que la situación de los cristianos en Indonesia en los últimos años se ha ‘deteriorado’. Esto es particularmente más fuerte en lugares como el oeste de Java, donde los grupos islámicos son poderosos y tienen una gran influencia política. No solo persiguen a iglesias que acogen a ex musulmanes, sino que también interfieren oponiéndose a la construcción de nuevos edificios religiosos y trabajos sociales.
Además, aquellos que se convierten al cristianismo sufren la violencia y persecución desde sus propios senos familiares.