Es algo difícil de entender para nuestras mentes a Dios como el Espíritu Santo, dijo el pastor principal de Harvest Christian Fellowship, en un mensaje titulados «El Espíritu Santo y Tú».
Él dijo que el Espíritu Santo, quien es igual a Dios Padre y Dios Hijo, tiene una personalidad distinta y es Dios.
«La Biblia dice que podemos entristecer al Espíritu Santo,» agregó. «Sólo una persona muy cercana a nosotros puede llegar a entristecerse por alguna de nuestras acciones,» remarcó Laurie, y aclaró que el Espíritu Santo no es una «cosa» o una «fuerza». Tiene intelecto, voluntad y emociones.
«¿Para qué vino el Espíritu Santo?»
El pastor leyó Juan 14: 16-17, «Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.»
La palabra original para «consolador», como se usa en este pasaje, significa abogado o nuevo amigo, alguien que está a nuestro lado para ayudarnos, según explicó Laurie.
«El Espíritu Santo se pone de nuestro lado, estudia nuestro caso, y nos ayuda intercediendo,» dijo. «Uno se para a la derecha del Juez, listo para el momento se interceder por nosotros -Jesús. El otro se para a nuestro lado, guiándonos e intercediendo también con nosotros -el Espíritu Santo.»
El pastor Laurie luego leyó Romanos 8:16, «El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.»
La Biblia dice que somos hijos de Dios, pero hay algo dentro nuestro que también nos dice que somos hijos de Dios, y es el Espíritu Santo, explicó Laurie.
La Biblia dice que fuimos ‘sellados’ con el Espíritu, le dijo Laurie a su congregación, basándose en Efesios 1: 13-14, «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.»
Sellado con el Espíritu Santo «significa que Dios ha puesto una marca en nosotros,» una marca de Su Propiedad, dijo Laurie. «Cuando el diablo viene a nuestras vidas para causar estragos, es detenido al instante.»
«El Espíritu Santo es como una «comprobante de pago» que Dios nos ha dado para asegurar que cumplirá la Promesa que nos ha hecho», aseguró el pastor.
«El Espíritu Santo también nos enseña, como dice en Juan 14:26, «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.»
«El Espíritu Santo puede revelarnos pasajes de una increíble manera cuando leemos y meditamos en nuestras Biblias.»
También nos ayuda en nuestras oraciones y obediencia a Dios, agregó Laurie, citando Juan 14: 15-16, «Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre»
En el Antiguo Testamento, se nos dieron mandamientos que seguir, pero en el Nuevo Testamento, las leyes están escritas en nuestros corazones y las obedecemos por Amor a Dios, no por miedo, según el pastor.
El Espíritu Santo también nos empodera para el servicio, dijo Laurie, citando Juan 14:17, «el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.»
Laurie también leyó Hechos 1:8, «pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»
Continuó diciendo, «El mismo poder que vino en Pentecostés está disponible para los creyentes hoy.»
Sin embargo, «podemos resistir al Espíritu Santo, y aún insultarlo,» remarcó Laurie, y advirtió que incluso podemos blasfemar contra Él -lo cual es lo único imperdonable según la Biblia.
Marcos 3: 28-30 dice: «De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.»
Laurie contó que muchos cristianos le consultan al respecto.
«Pero si tú estás preocupado respecto de haber blasfemado contra el Espíritu Santo, de hecho que no has blasfemado,» dijo el pastor, y explicó que quién blasfema contra el Espíritu, no le interesa lo que ha hecho. «Es un pecado que solamente un no-creyente puede cometer,» ya que significa «conscientemente renunciar y rechazar a Dios».