Un Pastor fue acribillado por fuerzas militares en Camerún el mes pasado, en medio de la violencia que sufren las regiones angloparlantes del país.
El Pastor Keloh Elijah, graduado del Seminario Teológico Bautista Camerunés en Ndu, fue reportado muerto después de una invasión militar en el área de Mfumte, según una fuente anónima.
Aún no se sabe con exactitud el número de víctimas que resultaron del ataque militar.
La muerte del Pastor se dio en el marco de la campaña del gobierno para acabar con los activistas separatistas angloparlantes de las comunidades del noroeste y suroeste del país, áreas donde los grupos militantes se autoproclamaron República de Ambazonia.
Según Efi Tembon, un ministro y líder activo en la traducción de la Biblia y que está trabajando en la asistencia de la familia del Pastor asesinado, Elijah sirvió en la Iglesia Bautista Bitu hasta el 6 de marzo pasado y luego comenzó su ministerio en la Iglesia Bautista Berea de Mfumte el 30 de marzo.
Elijah había regresado a casa para compartir un tiempo junto a su esposa y a sus seis hijos. Pero luego volvió a la iglesia. Cerca de las 8:30 a.m. se oyeron tres disparos de arma de fuego.
«El Pastor fue asesinado por los militares según testigos,» explicó Tembon. «Muchas otras personas fueron asesinadas en el área también. Además, los militares incendiaron casas y edificios a su paso.»
«Las personas mayores que no podían movilizarse con rapidez fueron dejadas atrás. Algunos traductores de la Biblia huyeron hacia los bosques. La mayoría cruzaron hacia Nigeria.»
Los separatistas comenzaron a luchar por su autonomía en 2016 ya que no se sentían representados por el gobierno central de habla francesa. La violencia fue escalando en las comunidades angloparlantes en 2017, lo que resultó en cientos de miles de desplazados.
La violencia también causó el retraso en más de 38 proyectos de traducción bíblica en Camerún.
Tembon contó que la esposa y los hijos de Elijah aún se encuentran en el bosque. Y se los está ayudando para que puedan cruzar la frontera hacia Nigeria.
El gobierno de Camerún, aliado a Estados Unidos, Reino Unido y Francia en la lucha contra Isis, ha actuado de manera similar o peor que la de los terroristas del Estado Islámico,» dice un reporte acerca del «genocidio creciente» en el país. «El gobierno camerunés ha usado a los militares para cometer actos terroristas, genocidios y crímenes contra la humanidad en el sur del país.»
Entre estos crímenes se encuentran decapitaciones, torturas, arrestos masivos, violencia sexual, ejecuciones públicas, el incendio de casas y aldeas enteras y gente quemada viva. Además, se acusa al gobierno de proveer armamento al grupo Mbororo (un subgrupo de los radicales Fulani) para que ‘atenten contra la población’.
Cerca de 215 aldeas y pueblos se han visto impactados por el conflicto en la región, lo que equivale a 4 millones de personas afectadas.
«La violencia contra civiles continúa teniendo un gran impacto en la forma de vida de los ciudadanos y generando grandes necesidades entre las personas,» según el reporte. «La temporada de lluvias intensas hacen el acceso a los servicios y alimentos más difícil, y aún mas para los que se encuentran en los bosques.»
Se estima que el año pasado cerca de 2000 personas fueron asesinadas en el conflicto y más de 200.000 desplazadas de sus hogares. Los militares tomaron cientos de iglesias y las convirtieron en trincheras de guerra.
«Basado en entrevistas con testigos y residentes, las víctimas han sido ejecutadas por la espalda, mientras intentaban huir de las fuerzas de seguridad que irrumpían en los vecindarios.»
El pasado noviembre, el Obispo Andrew Nkea describió los ataques donde fue testigo de muertes de sus compañeros y vecinos.
«Vemos la muerte de nuestros seres queridos a diario y nadie se hace responsable por ello,» dijo el Obispo.
Las autoridades de Camerún también han arrestado y torturado a militantes contrarios a su ideología, privándoles de toda garantía en sus derechos y además, han facilitado el accionar de grupos terroristas como Boko Haram, lo que empeora la situación ya trágica de la región.
Mientras la violencia aumenta entre los separatistas y las fuerzas del gobierno, los civiles quedan atrapados en medio del fuego cruzado.