Queremos compartir la carta de despedida que escribe a Teresa Troia de Silvoso, el líder de la Banda Rescate, Ulises.

Ay! Teresa. Como te vamos a extrañar!!
Si hace solo tres días, cuando entré el domingo al templo, miré hacia la izquierda buscando como siempre, que seas mi primer saludo…., y no te vi sentada allí, pensé: «Cuanto te voy a extrañar Tere!» Como no voy a extrañar?, ese «NENE!! Cómo me tenes orando vos!!»
No puedo dejar de pensar cuantas veces atravesaste mi vida, la de mi familia, y nuestras vidas con tus acciones, tus historias, tus oraciones. Tu casa, siempre abierta, a la cual contra tu voluntad tuviste que ponerle rejas y acordarte de echarle llave a esa puerta que estaba siempre mas abierta que cerrada.
Esa guerrera incansable, mujer fuerte, por dentro y por fuera, mezcla rara de fortaleza con ternura.
De esas gringas que de niñas vinieron abrazadas a los sueños de sus padres viajando meses en barcos de inmigrantes. La que siguió siendo italiana. Si! Italiana nene! Esa tana que montaba a caballo y galopaba mas rápido que cualquiera de los peones del campo donde trabajaba con su padre. Y ojito! no quieran sobrepasarse con esa tanita rubia porque en rueda de peones ya se comentaba lo brava que era; que mas de uno había ligado un bife!
Que raro! Ella tan longeva con sus 93 años y que fue perdiendo afectos tan temprano. Tan temprano quedarse sin padres. Tan temprano quedarse sin esposo. Ver emigrar y darle alas a sus hijos, para que vuelen en ministerios y entregárselos a Dios, también desde temprano. Tere no era dueña de nada. Era solo ella. Todo lo que paso por su vida lo entregó a Dios.
abuela-1Intercesora? «Aquí estoy yo nene!! Sabes que Dios me despertó de madrugada para pedir por los RESCATE? Cuántos viajes al Centro Bíblico para amasarnos pastas a cientos de adolescentes y jóvenes en campamentos!
Uf! Tere! Ay! Tere! Sabés que te fuiste y se rompió el molde no? No habrá otra.
Con vos se fue la misionera que recorrió la Argentina con una máquina de hacer pastas para cocinarle a las familias de los pastores que visitaba. Vender y dejar como ofrenda en las humildes iglesias que visitaba. A la noche, se sacudía las manos de harina y subía a predicar! El planeta ya no podrá disfrutar de la mejor lasagna del mundo y el libro Guinness se perdió la oportunidad de comprobarlo.
Teresa, señora, impecable, elegante, coqueta y libre! Si! Si! Libre!! Testimonio de una mujer que demostró esa libertad de la que nos habla Jesús. «Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» Ella era verdaderamente libre.
La Tere honesta, franca, verdadera, generosa, se me sale el corazón y a borbotones me salen los elogios.
Teresina!, la de los sombreros únicos e impecables. Aquí se quedarán Teresina, los custodiaremos, porque en esa cabecita blanca te espera una corona. Si, la mas brillante cargada de perlas preciosas. La corona de Teresa, la reina guerrera que se entrego toda, la que corrió la carrera. La que no se guardó nada. La que llegó y recibió su galardón!
Si! Tere reina, Como te vamos a extrañar!