Mediante sus redes sociales oficiales, Dante Gebel comunicó que su padre ha pasado a la presencia del Señor. El domingo 13 de junio a las 21:00 de la noche (Hora Anaheim, California EE.UU.) el reconocido conferencista, conductor y escritor, publicó en su página oficial de facebook: «ADIÓS, MI VIEJO» una carta de despedida a su padre.
«Hoy se me fue el hombre que me llevó a su carpintería y yo me quedaba viendo sus dedos agarrotados, llenos de callos y golpes hecho a martillazos y formón». Escribió Dante en memoria de uno de los hombres más mencionados en sus prédicas y conferencias, presente en numerosas anécdotas.
«Hoy se me fue el hombre que me enseñó a afeitarme; ponía un espejo en la pared que daba al galpón y decía que había que hacerlo con navaja, espuma y bajo la luz natural del día. Que eso era afeitarse de verdad, a lo macho».
«Hoy se me fue el hombre que cuando metí la pata, me abrazó en silencio y susurró: “No es la muerte de nadie, ya vas a salir adelante”. Consejo sencillo, austero, pero de esos que te duran para toda la vida.
Más adelante, Dante menciona como su padre hizo frente a los directivos de su colegio cuando lo expulsaron de la escuela secundaria.
«Hoy se me fue el hombre que cuando me echaron de la escuela secundaria, fue solito a hablar con los directivos del colegio Alemán».
«Y cuando le dijeron que su hijo no quería ser técnico electrónico, se sonrió y les dijo: ‘Y bué; ¿Qué le vamos a hacer?; a lo mejor es bueno para otra cosa’; y volvió a casa sin decirme una sola palabra, pero apenas llegó, me hizo un sandwich y me dijo que a partir de ese momento, trabajaría en la carpintería con él».
Gebel, en su carta brinda una sentida descripción de su padre a los 95 años, el último ser amado de su familia.
«Hoy se me fue el hombre que a sus 95 años vestía elegante, perfumado, con el peine en el bolsillo y jamás salía de su habitación si no le combinaba el cinturón con los zapatos. Un galán a tiempo completo».

Federico Gebel (a la derecha) en la entrega de la placa de «Ciudadano Ilustre» a su hijo Dante Gebel. Foto: La Gaceta Cristiana
«Hoy se me fue el hombre que apenas sabía firmar y solo tenía cuarto grado de la escuela primaria, pero que trabajó como un animal, desde que tuvo uso de razón».
Dante Gebel reveló que su padre le había expresado hace unas semanas que «se quería ir, que estaba cansado».
«Hace unas semanas me confesó que se quería ir, que estaba cansado; y yo le dije que estaba bien, que ya se acercaba la hora de viajar».
«Y finalmente hace unos minutos, en una hora silenciosa, quieta, de marea baja, tomó el último tren a casa».
«Hace poco le di un abrazo, le agradecí lo que tenía que agradecerle y le hice saber que, por mi parte, no había cuentas pendientes entre nosotros. Ninguna. Lo cuidé, lo sostuve y lo protegí hasta el último día, tal como el lo hizo conmigo cuando yo era chiquito».
«Se lo debía como hijo, como hombre de Dios y persona de bien».
«Hoy se me fue el hombre que ya se quería ir hace rato, desde que en el 2013 se le adelantó el amor de su vida». Escribió haciendo mención de la partida a la presencia del Señor de su madre Nelly Stokle de Gebel, un 2 de marzo.
«Se fue como un señor alemán. Sin degradarse, sin deterioro, sin corromperse, como una persona consciente. Un viejo hermoso y sereno.
Así me despidió. Soltándose. Levantando el pulgar».
«Hoy se me fue el último ser amado de mi familia».
«Ya no me quedan raíces en Argentina, ni un hogar de la infancia para visitar; pero me hace saber que para esta hora, ya volvió a bailar una milonga con la vieja. No sin antes que ella le reproche: ‘¡Qué manera de tardar, che! ¡Y levantáte ese pantalón que pareces un tano que recién bajó del barco!’ (así solía decirle cuando lo usaba un poquito debajo de la panza)».
«Y el viejo se dejará retar, se subirá el pantalón y será feliz otra vez».
Gebel despide con un «Hasta pronto» a su padre Federico.
«Hasta pronto, Federico; mi amigo el carpintero. Salúdame a la viejita. Ya te extraño; pero fue un placer ser tu hijo».