El Parlamento de Paquistán ha revisado una de sus leyes de blasfemia para incrementar los castigos por insultar al Profeta Mahoma y otras personalidades sagradas, despertando la alarma entre los líderes cristianos, que demandando justamente lo contrario, su abolición.

La Asamblea Nacional de mayoría musulmana pasó esta semana una Enmienda de Ley Criminal, aumentando el castigo por insultar la figura del profeta, a 10 años de prisión, junto con una multa de 1 millón de rupias (aproximadamente U$4424). La ley anterior solo sentenciaba a tres años de prisión.

El diario Dawn de Paquistán dijo que la ley fue aprobada a pesar de la ausencia de ministros, incluyendo el Primer Ministro Shehbaz Sharif, en los procedimientos.

Los activistas de derechos humanos han criticado la enmienda. Christian Solidarity Worldwide, una organización de Reino Unido que monitorea la persecución cristiana, advierte que la ley se aprobó sin debate y “se ignoraron todas las demandas civiles de las organizaciones sociales y de los líderes de las minorías, que hablan en contra de la ley anti-blasfemia”.

“Paquistán debe hacer más para proteger a las minorías vulnerables cumpliendo con sus obligaciones internacionales y garantizando que la Constitución sea cumplida, y la comunidad internacional debe pedir cuentas al gobierno”, dijo el fundador de CSW, Mervyn Thomas.

Criticando la enmienda, Peter Jacob, director ejecutivo del Centro Por Justicia Social, dijo que los políticos que ignoraron el hecho que las turbas violentas han estado asociadas a la ley, contradice las secciones 295 y 298 del Código Penal Paquistaní. El código Penal ya establece la pena de muerte por ciertas situaciones de blasfemias.

“La enmienda alienta a las religiones basadas en el odio y la violencia”, dijo Nadeem Anthony, abogado de derechos humanos. “Rechazamos las religiones basadas en discriminación. Los políticos deberían enfocarse en los asuntos políticos y económicos que enfrenta el país”.

La parte más estricta de la ley anti-blasfemia de Paquistán se encuentra en la sección 295-C del Código Penal. Bajo la ley, el uso de palabras contra Mahoma -ya sean escritas o habladas- “serán castigadas con la muerte, o prisión de por vida, y también serán penados con la multa”.

La sección 298 prohíbe la crítica a cualquier aspecto de la vida del profeta, o de quienes le rodean, ya sean parte de la familia o compañeros.

Las leyes anti-blasfemia de Paquistán han tenido un gran uso por los radicales en contra de las minorías religiosas -cristianos, Shias, Ahmadiyyas e Hindúes. Docenas han sido asesinados por turbas después de ser acusados y sentenciados a muerte.

Los grupos cristianos alegan que los musulmanes abusan de la ley, levantando falsos cargos para ganar terreno sobre lo creyentes.

La prohibición en contra de la blasfemia, que no contempla castigo contra las acusaciones o testigos falsos, fue expandido en 1980 bajo el dictador militar, el General Zia-ul-Haq. Según el New York Times, el gobierno británico dijo que la ley original era para mantener las diferentes creencias no pelearan entre ellas.

En los años recientes, han habido casos de alto perfil que llamaron la atención internacional.

En 2011, el gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por su guardaespaldas por hablar en contra de la ley anti-blasfemia.

En el mismo año, Asia Bibi, una madre cristiana de cinco, fue sentenciada a muerte por blasfemia, levantando la ira internacional, hasta que llegó su liberación en 2018 después de pasar ocho años en prisión.

Su absolución despertó el enojo de los grupos radicales, y muchos protestaron en las calles amenazando con asesinar a los jueces de la Corte Suprema.

En 2020, la Comisión de Derechos Humanos de Paquistán reportó que al menos 69 personas fueron asesinadas extrajudicialmente, a manos de turbas desde 1990.

El pasado junio, una Corte de la provincia de Punjab sentenciaron a dos hermanos cristianos Qaisar y Amoon Ayub, que fueron acusados de blasfemar en un blog. Ellos declararon que jamás crearon dicho blog.

El pasado julio, Ashfaq Masih fue sentenciado a muerte por ahorcamiento por blasfemia, después que un cliente, que noble había querido pagar, le denunciara.