Cientos de personas en Quetta (Pakistán) han asistido al funeral por los dos cristianos asesinados el pasado domingo después de ser tiroteados. «Toda la comunidad cristiana que ha asistido al funeral asegura sentirse asustada e insegura», ha explicado a Evangelical Focus N. Samuel, un cristiano que ha viajado hasta la ciudad para mostrar su apoyo a esta minoría religiosa en la ciudad.
Cuatro hombres armados en dos motocicletas abrieron fuego contra un grupo de cristianos en el barrio de Essa Nagri, de mayoría cristiana, según International Christian Concern. Como resultado del ataque, dos personas perdieron la vida y otras tres resultaron heridas. Ahora mismo un adulto y dos chicas se encuentran en el hospital.
«La comunidad de Quetta se ha convertido de nuevo en un objetivo de creciente intolerancia y violencia en la sociedad», ha señalado en una declaración la Comisión Nacional para la Justicia y la Paz de Pakistán, que también condena «estos actos de terrorismo y violencia».
Los cristianos en Quetta «exigen al gobierno que proteja sus casas e iglesias», dice N. Samuel. «Uno de los mártires era hijo único», manifiesta. Era la única persona que trabajaba en su familia y «cuidaba de su casa y de su padre, que sufre parálisis».
Este ha sido el tercer ataque reivindicado por el autoproclamado Estado Islámico en la ciudad de Quetta, capital de la región de Baluchistán, durante los últimos cinco meses. A principios de abril otros cuatro cristianos murieron en un ataque similar. Pakistán ocupa el quinto lugar de la Lista Mundial de Persecución 2018 de Puertas Abiertas, donde se incluyen los 50 países del mundo en los que es más difícil ser cristiano.