En el emblemático Central Park en Nueva York, El evangelista Luis Palau cerró con una multitudinaria concurrencia un trabajo evangelístico para conquistar la Gran Manzana para Jesucristo.

Con varias actividades evangelísticas  previas, Luis Palau y un entrenado grupo de colaboradores, entre ellos varios argentinos, llevaron acabo esta impresionante evento.  A pesar de las dificultades fueron sorteando los obstáculos que se presentaban con los reflejos propios de los que saben solucionar en la marcha y salieron adelante.

Por todo lo realizado podemos  decir que se trabajo frente al evento más grande para la salvación de miles de almas de una ciudad, y no de cualquier ciudad, hablamos de una de las más grandes del planeta, Nueva York.

Distintas bandas fueron alegrando a los presentes que entre hermosas canciones  aplaudieron, danzaron y se alegraron en una calurosa tarde. Todo el colorido de la muchedumbre, pantallas y sonido fueron el marco para un clásico pero contundente mensaje que llegó a lo más profundo del corazón de todos los miles de presentes y a los millones que gracias a la tecnología lo pudieron seguir en una transmisión Global sin precedentes.

El mensaje de Dios fue presentado y los resultados los sabremos en el cielo, pero aunque los milagros de vidas transformadas y restauradas no se podrán contabilizar en su totalidad sabemos que la Palabra nunca vuelve vacía.