En algunos países del Norte de África los creyentes se enfrentan a una creciente persecución. Es por ello que unos voluntarios decidieron tomar más de 30 Biblias y otros libros, colocarlos en una maleta e introducirlos al país como contrabando. En este lugar, los textos cristianos fueron declarados ilegales.

Uno de los cristianos voluntarios enfatizó:

«La iglesia está creciendo rápidamente. Por ello, necesitamos conseguir Biblias y no sólo eso, sino también material de formación para pastores y líderes». Y aseguró: “Hay líderes de las iglesias que sólo poseen algunas pocas páginas de las Escrituras”.

La necesidad de estos cristianos y la osadía de algunos jóvenes permitió realizar la desafiante labor: Llegar al aeropuerto, y ser los únicos a quienes no se les confiscó las maletas. Ellos relataron: “Dios había cegado los ojos de los supervisores”. De encontrarse una Biblia en la maleta la pena mínima sería de 2 a 3 años de cárcel. El encuentro con otros cristianos, los ayudó a continuar con su misión. Antes debían pasar por 20 puntos de control hasta llegar a su objetivo.

También debieron sortear otro problema: esconder los libros de las revisiones policiales, ya que ello podían cortar los asientos del auto y romper hasta las llantas durante la requisa. Sin embargo, los libros fueron escondidos en los asientos posteriores y no fueron encontrados. Una gran victoria. Esto en verdad, es el resultado que desde el 2003 se inició un culto de oración, que se suponía duraría solo una semana. Pero, los creyentes no han parado de orar y han permitido que mucha gente conozca a Jesús y que se sigan trayendo Biblias sin problemas.

Antes había pocos indígenas cristianos. Ahora son muchos más. Uno de los cristianos indígenas más antiguos cuenta como fue seguir a Cristo e incluso, el riesgo que corrió su vida. Su padre lo desterró de su casa, y no contento con esto, un día lo invitó a tomar el té. Después lo despidió y al cabo de un tiempo, lo volvió a llamar. Y en ese momento le relató lo que hizo. “Yo puedo ver ahora que Tu Dios te ha protegido”, al mismo tiempo que le confesaba que el día que lo había invitado a tomar el té, éste contenía veneno. Que Dios lo hubiera librado de la muerte había conmocionado a este padre, que aseguró que de ahora en adelante, toda su familia, seguiría a Jesús. ¡Gloria a Dios!