En su libro Vive tu Verdad y Otras Mentiras: Exponiendo los Engaños Populares Que Nos Ponen Ansiosos, Exhaustos, y Obsesionados con Nosotros Mismos, la apologista Alisa Childers rompe los mantras de cultura y sus consecuencias que han sido esparcidos hoy en día. Uno de estos mal entendidos tan comunes es las palabras de Jesús, que, para muchos, puede ser el onceavo mandamiento que suplanta a los otros diez: “No juzgues”.

Durante los últimos 60 años, los estudios han confirmado que los americanos se han vuelto mas tolerantes a los estilos de vida alternativos, las creencias no tradicionales de Dios, y ciertas identificaciones políticas, tales como el comunismo. De acuerdo a reporte mas reciente de Estado de Teología de Ministerios Lingonier y de Investigaciones LifeWay, un 56% de los auto descritos como evangélicos creen que “Dios acepta la adoración de todas las religiones, incluyendo el cristianismo, judaísmo y el islam”. En una examinación mas a fondo, este cambio ha tenido mas que ver con las convicciones en estas áreas que con el incremento de la tolerancia.

De hecho, aceptar el ethos de “no juzgar” ha sido el agente corrosivo principal para esas convicciones, y esto es lo que Childers aborda en su nuevo libro. Además de identificar la contradicción obvia de decir “esta mal juzgar”, la cual en si misma es un juicio, ella les recuerda a los cristianos el contexto de las palabras de Jesús.

Solo después de decir “no juzgarás”, es que Jesús le deja saber a su audiencia que cuando juzgan, ellos deberían ser cuidadosos en que su juicio no sea hipócrita. “Primero saca la viga de tu ojo, y después veras claramente para quitar la viga del ojo de tu hermano”, instruye Jesús en el vehículo 5. En otras palabras, no apuntes al pecado en la vida de tu hermano o hermana sin antes confrontar tu mayor pecado. Pero el punto de esto es ayudar a tu hermano o hermana a quitar la paja de su propio ojo, lo cual requiere que juzgues lo que hay allí…si aun así hay confusión, justo unos pocos versículos después, Jesús nos dice que reconozcamos a los lobos, o falsos maestros, por sus frutos (versículos 15-16). Otra vez, esto requiere que juzguemos si esos maestros están hablando verdad o mentira. Después, en Juan 7:24, Jesús no pudo haberlo explicado mejor. Él dirige a los escuchas a “no juzgar por las apariencias, sino juzgar con juicio justo”.

El punto de estos versículos, ella concluye, no es prevenir el discernimiento, si no ayudar a los creyentes a juzgar “cuidadosamente, justamente, humildemente, y sin hipocresía”. Childers después ofrece una ilustración poderosa de su tiempo con Zoegirl, cuando ella tenia dificultades con la imagen de su cuerpo lo que eventualmente la llevó a un trastorno alimentario secreto de atracones y purgas.

En una gira en algún pueblo en algún lugar, compartí el cuarto de hotel con una de mis compañeras de la banda. Ella es un amor – gentil, muy inteligente, y pensativa…ella también era una pacificadora por naturaleza, y la confrontación no era fácil para ella. Así que ella reunió todo el valor para preguntarme lo que estaba haciendo en el baño, me sorprendió. Y también me molestó. Para ponerlo de forma fácil, la conversación no fue nada bien. Yo no muy amablemente la invité a dejar de “juzgarme” y retroceder en su afán. Eso no la detuvo…

Cuando recuerdo eso, ¿estoy agradecida de que mi compañera de la banda me juzgara? ¿De que ella se atreviera a confrontarme y culparme sobre el daño que me estaba haciendo yo misma? ¡Absolutamente! Ella fue el catalizador que trajo por primera vez la obscuridad a la luz. Hasta este día mis ojos se humedecen con lagrimas cuando pienso en lo mucho que ella me amó para hacer eso tan difícil.

El ejemplo de Childers no solo hace un llamado a los cristianos a hacer cosas difíciles similares que son las correctas, revela las consecuencias del relativismo cuando vivimos en el mundo real. Lo que comienza como un deseo de no juzgar a otros se convierte en una demanda narcisista que nadie, bajo ninguna circunstancia, nos juzgue. Sino también hace que la sanidad y el perdón sean imposibles. Después de todo, sin forma de decir que hemos estado equivocados, no hay razón o medio para perdonar a aquellos que nos ofenden. Cualquier cultura que rechaza la moralidad objetiva carece de una forma de contrarrestar el mal.

El libro de Alisa Childers reclama la verdad de los slogans vacíos que dominan nuestra cultura y nuestro pensamiento. En agosto, por un regalo de cualquier cantidad al Centro Colson, te enviaremos una copia de Vive Tu Verdad y Otras Mentiras. Solo ve a la página breakpoint.org/give para obtener más información.