En su libro mas reciente y memorable, Biblical Cristical Theory, el teólogo Christopher Watkin señala que tan comúnmente nuestro pensamiento cae en falsas dicotomías. Los humanos son ya sea animales o dioses; el planeta esta ya sea progresando hacia la utopía o condenado a la catástrofe; el sexo es o nada importante o nuestra identidad completa. El péndulo cultural oscila hacia adelante y hacia atrás, nunca considerando que tal vez haya otra opción: una historia que trasciende estas dicotomías y hace mas sentido de la forma en la que es el mundo.

El sexo en particular ha sido sujeto de extremos ideológicos. Por la mayor parte de mi vida, la cultura pop ha seguido el máximo de que “el sexo vende”. Así que, mujeres con poca ropa han sido usadas para promover cualquier cosa desde carros y futbol a películas y música. Las compañías comúnmente toman el liderazgo, presentando modelos provocativas con trajes de baño complaciendo descaradamente la lujuria de sus clientes predominantemente varones.

El péndulo parece haber oscilado hacia la otra dirección, a través de el motivo de lucro no disimulado que permanece. Por ejemplo, el mensaje de Miller Lite ha hecho un giro de 180 grados. En el nuevo anuncio, la compañía de cerveza eligió apelar a las sensibilidades caprichosas feministas. En él, la actriz Ilana Glazer indignantemente derriba anuncios de cerveza presentando mujeres en bikini mientras que anuncia que Miller Lite es ahora un campeón de la dignidad de las mujeres y las mujeres cerveceras. La compañía esta haciendo lo correcto y, para citar a David Spade de Tommy Boy, “en solo un poco de una década, también…. ¡está bien!”

Si eso no estuviera manchado de blasfemia, yo podría respaldar esta nueva dirección. Yo completamente apoyo cualquier movimiento alejado de la explotación cínica del marketing de las mujeres, cualquiera que sea el motivo. A diferencia de la reciente elección desastrosa de Bud Light de presentar al actor transgénero Dylan Mulvaney (un hombre) en sus latas, Miller por lo menos está gestionando hacia un ideal de que las compañías deberían vender productos, no objetivar a las personas.

Sin embargo, aquí es donde otra falsa dicotomía cultural complica las cosas. Glazer y los ejecutivos en Miller sin duda dirían que apoyan el aborto, el tan llamado matrimonio del mismo sexo, identidad transgénero, liberación sexual, y una multitud de otras ideas que han remplazado ahora la mentalidad de “el sexo vende” de los años anteriores. pero estas aun así cosifican, deshumanizan, y explotan a las mujeres. El péndulo ha oscilado de un extremo equivocado a otro.

Hay una mejor visión para la sexualidad que trasciende la explotación de los cuerpos de las mujeres en una mano o la negación de su existencia en la otra. Esa alternativa fue recientemente puesta en exhibición en un lugar sorprendente. La activista cristiana pro vida Lila Rose apareció en el podcast de citas Whatever, el cual se jacta de tener mas de 4 millones de suscriptores en YouTube. Ella estuvo en un panel de diversos invitados coloridos, incluyendo un artista autoproclamado de conquista y varias mujeres quienes hicieron sus carreras vendiendo en línea fotografías de sus cuerpos.

Típicamente, el formato del podcast involucra a hombres avergonzando a las mujeres por su comportamiento promiscuo, en el cual, claro, los hombres también participan. Lila lanzó a ambos lados en un espiral al describir una visión cristiana de los sexos en el cual los hombres y las mujeres tienen “igualdad de dignidad” y en el cual las relaciones sexuales no son solo sobre el placer si no también sobre “procreación y la habilidad de traer vida a este mundo”. Todo esto, añadió ella, esta diseñado para ocurrir “dentro del matrimonio”, “un compromiso publico de por vida” con nuestro cónyuge, un compromiso el cual, como ella correctamente hizo notar, la ciencia social demuestra ser el tipo más completo y estable de relación sexual.

Los otros invitados al podcast parecían mistificados. Uno de los hombres calificó a Lila como “molesta” y “santurrona” después de que ella lo retara a ejercer el autocontrol y comprometerse fielmente a una mujer. Ella tal vez no haya convertido a ninguno de los otros invitados, pero si la reacción en línea es una indicación, ella causó una impresión duradera en muchas personas.

Lila hizo lo que cada cristiano debería hacer en una cultura cautivada por las falsas dicotomías. Ella pinto una mejor visión de cualquier cosa que se este ofreciendo ahora. Ella apuntó hacia una alternativa en la cual los hombres y las mujeres no están en guerra uno con otro sino en armonía, una alternativa caracterizada por amor abnegado y que afirma la vida, no lujuria o un intento de eliminar las diferencias sexuales.

Incluso si el mundo ha olvidado esta opción en sus arranques imprudentes de un extremo falso a otro, Dios nos sigue llamando a rechazar estas distorsiones y hacer el caso para algo mejor, y no vender cerveza o ganar suscriptores sino apuntar al Único quien hizo el mundo de esa forma. Después de todo, una vida vivida en la luz de esta verdad puede ser un anuncio mucho mas efectivo que cualquier cosa que las compañías cerveceras produzcan.