Un equipo de ayuda humanitaria acaba de volver del centro de Nigeria y reporta la violencia en contra de los cristianos por parte de los terroristas islámicos que «ha desplazado a millones» y «podría aumentar el nivel de limpieza étnica e inclusive llegar a ser un genocidio».
El equipo incluye a la baronesa Caroline Cox, presidente fundadora de Humanitarian Aid Relief Trust (HART), quien fue testigo «de la ruina de hogares, granjas, comercios, iglesias y orfanatos» atacados por la milicia musulmana Fulani «en los últimos siete meses».
El Reporte de Visita Conjunta de HART, la Organización Internacional por la Construcción de la Paz y Justicia Social Reino Unido (PSJ-UK) y Solidaridad Cristiana Internacional (CSI) dijeron que los perpetradores de estos ataques «rara vez comparecen ante la justicia».
En un apartado del reporte, «¿Punto de Quiebre en Nigeria? Terror y Desplazamiento en el Cinturón Regional», Caroline Cox dijo que visitó Nigeria muchas veces, pero durante sus visitas de los últimos meses fue la primera vez que le advirtieron viajar por aire a la capital, en lugar de hacerlo por carretera.
Esto es «debido al incremento de la frecuencia en los asesinatos y secuestros -otro indicador que la falta de seguridad está empeorando en los Estados centrales».
El equipo oyó en detalle acerca de «deliberadas masacres» contra niños, un ataque brutal a una mujer de 98 años que fue quemada viva, y personas siendo atacadas con machetes o armas de fuego.
«El rango de armas utilizadas por la milicia Fulani incluye armas automáticas con mira láser, machetes, bombas de petróleo, químicos incendiarios entre otras», dice el reporte.
«Muchos activistas internacionales y líderes en el campo usan la palabra ‘genocidio’ para describir los ataques en sus comunidades».
«Ya el 4 de julio de 2018, la Casa Nigeriana de Representantes declaró que la matanza predominante contra aldeas cristianas en el estado de Plateu era un genocidio y llamó al Gobierno Federal a establecer orfanatos en las áreas afectadas por la violencia. Sin embargo, el pedido fue ignorado».
Durante su visita, el abogado de derechos humanos Emmanuel Ogebe, representante de Justicia por Jos, le dijo al equipo: «Nadie está preparado para soportar estás atrocidades. Estamos repitiendo la historia de Ruanda. Estamos siguiendo el mismo camino. Estamos llegando a un punto de quiebre».
«No sé cómo más enfatizar la emergencia. El genocidio en Ruanda fue el primero en ser catalogado como ‘conflicto entre granjeros y criadores’, y miren en lo que se convirtió. Ruanda tiene el tamaño de un estado de Nigeria. El mundo no podrá manejar las consecuencias».
En las recomendaciones, el reporte llama a las autoridades nigerianas a «terminar con la impunidad para asegurar que las denuncias a las violaciones de los derechos humanos sean tratadas, independientemente y de manera parcial, y que los responsables comparezcan ante la justicia para dar cuenta».