Diecisiete cristianos, incluyendo a cuatro niños y una abuela, fueron muertos a balazos la semana pasada, por los radicales Fulani que arrasaron sus hogares en Jos, Nigeria.
Morning Star News reportó que el ataque sucedió el jueves por la tarde, cuando los hombres armados irrumpieron en los hogares y comenzaron a disparar a cualquiera que se cruzara en sus caminos.
Lucky Kogi, uno de los sobrevivientes, reveló que dos de sus hijos y 14 miembros de su familia extendida fueron asesinados en la masacre.
Rogu Audu, otro testigo que sufrió la pérdida de su madre y dos de sus niños en el ataque, dijo «Cuando los Fulani llegaron, empezaron a disparar a las casas al azar, irrumpiendo en los dormitorios, y atacando a las mujeres y a los niños indefensos.»
Audu remarcó que soldados de la armada nigeriana acompañaban a los Fulani con armas de fuego y machetes.
«Los radicales Fulani llegaron del Parque Wild Life, el cual limita con nuestra comunidad,» dijo Audu. «El parque se encuentra en el flanco sur de Rukuba Road y tiene zonas de colinas rocosas, las que proveen a los atacantes un buen escondite y les facilita invadir nuestra comunidad.»
El testigo reveló que todas las víctimas pertenecían a la Iglesia local Evangélica Winning All.
Las víctimas que resultaron heridas con cortes en sus rostros, manos y otras partes del cuerpo, están recibiendo tratamiento en el Hospital Escuela de la Universidad de Bingham en Jos.
Cientos de cristianos fueron asesinados durante el año en ataques perpetrados por extremistas Fulani, y en Jos ocurrieron aquellos más mortales. Cerca de 200 creyentes fueron masacrados en uno de los ataques mas grandes ocurrido en Junio, y más de 3,000 personas tuvieron que dejar sus hogares.
Un trabajador de la organización Puertas Abiertas Estados Unidos dijo en su momento acerca de la situación, «La vida se ha convertido en un infierno para ellos. Han perdido a sus seres queridos, sus hogares, y todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. La agonía por la que están atravesando no se puede describir,» dijo el trabajador de seudónimo Kerrie.
«Vimos personas que aún estaban en estado de shock por lo que habían atravesado. Los niños lloraban de manera histérica, tal vez por el hambre o quizás por el hambre y por el trauma.»
Emeka Umeagbalasi explicó que los atacantes son radicales yihadistas que se presentan como ganaderos, pero están armados con rifles AK-47 y otras armas sofisticadas que utilizan para masacrar cristianos.