“Tengo un par de zapatos en mi armario en caso de que Dios me de brazos y piernas”.

Si hay algo que Nick Vujicic quiere que el mundo sepa, es que él cree en un Dios muy, muy, muy grande.

El autor, orador público y fundador de Ministerios Nick V, ha estado yendo alrededor del mundo contando la historia convincente de haber nacido sin extremidades y como lo comparte en un nuevo video de Soy Segundo, Vujicic sabe que incluso si la sanidad no llega, Jesús sigue siendo fiel.

“Me di cuenta de dos cosas”, dijo el australiano de 40 años. “Número uno, el milagro más grande de todos es que pueda recibir en mi vida es que mi alma sea salva; estar lleno del Espíritu Santo, tener una relación con Jesús mientras permanezco en Él y Él en mí. Él es mi comodidad, mi fortaleza, me da la guía y la sabiduría por medio de mi vida.

“Pero la segunda cosa que me di cuenta, milagrosamente, Él se goza en usar a las tonterías de este mundo para confundir a los sabios”.

Vujicic, quien nació con el Síndrome Tetraamelia, una condición caracterizada por la ausencia de las cuatro extremidades, dijo que nunca pensó que su condición fuera la gran cosa “hasta que el mundo me dijo que era un extraterrestre”.

En el video de casi diecinueve minutos, Vujicic recuerda la dolorosa primera vez cuando los doctores lo vieron.

“Les pidieron disculpas a mis padres por no haberse dado cuenta en los ultrasonidos y darles la opción de abortarme”, dijo él. “Estaban absolutamente convencidos de que nunca tendría una vida de calidad”.

A la edad de 8, Vujicic comenzó a perder esperanza de tener una vida funcional y prospera en un futuro – el comienzo de un ciclo que lo llevó a una depresión severa y a intentar suicidarse.

Cándidamente compartió como lo dejaban las oraciones no contestadas, como a muchos otros, en un estado de desesperación y un sentido latente de que Dios no solo estaba ausente, sino que para comenzar Él nunca estuvo allí.

“Entré en un lugar muy obscuro, una depresión y que duró cinco años, y esa depresión llego a tu máximo durante un intento de suicidio donde yo intentaba tragar agua y después inhalar agua para ahogarme en la tina de baño de mi propio hogar”, recuerda Vujicic.

“Y no llegó un milagro”.

No fue hasta que él tenía 13 fue hasta que él tenía 13 años que Vujicic tuvo un tipo de epifanía, suficientemente irónica, enraizada en otro retraso físico: se lastimó el pequeño pie que le permite caminar.

Ese retraso, dijo él, le enseñó lo que se ha convertido en una lección de vida.

“De pronto, era un hombre sin extremidades quien solía caminar, quien ahora no podía hacerlo”, dio él. “Y me di cuenta de que tengo que estar agradecido por lo que tengo en vez de estar enojado”.

Vujicic recuerda haber leído sobre la sanación de Jesús a un hombre ciego en Juan capítulo 9 y como muchos de la multitud querían saber por qué el hombre había nacido siego

“Jesús dijo que había sido así para que las obras de Dios se le revelaran a él”. “Y yo me di cuenta que si Dios tenía un plan para un ciego, Dios tenía un plan para mí también”.

Desde ese momento crucial, Vujicic ha dado más de 3,500 discursos en 78 países, una jornada en la cual ha compartido con casi 10 millones de personas y otros 2.8 billones en televisión.

En meses recientes, él ha utilizado su plataforma para ayudar a los cristianos a utilizar la IA para llevar más lejos el Evangelio con herramientas de doblaje y traducción que le permitan a las iglesias y a los creadores de contenido alcanzar a audiencias globales sin la barrera del idioma. El software traduce videos a más de 36 idiomas, añade y edita subtítulos y voces que suenan naturales y se les transmite por medio del internet.

Vujicic también ha hablado sobre la crítica del Cristianismo Americano, con una alerta en julio que apuntaba a lo que él llamó iglesia “cada vez más delirante” empecinada más en adquirir propiedades que en poner niños de acogida en familias adoptivas.

“Tenemos 100,000 iglesias y $498 billones en deudas por edificios que estaban medio vacíos”, dijo él. “Medio millón de niños están a espera de una madre y un padre adoptivos. ¿Dónde estamos?”