Madeline “Maya” Dirado, una atleta de 23 años de edad que participó de los Juegos Olímpicos de Río 2016, obtuvo 4 medallas. Ganó el oro en los 200 m espalda y en los 4×200 metros libres, la plata en los 400 y el bronce en los 200 metros combinado. Sin embargo, sorprendió a todos cuando dijo que no era lo más importante en su vida.

La participación de Dirado llamó mucho la atención ya que no era una de las favoritas. Esto provocó que le realizaran varias entrevistas al regresar a los Estados Unidos. En una de ellas, dijo:

“No creo que a Dios le preocupe cómo nado. El estar en un equipo olímpico no es mi objetivo final en la vida. Creo que Dios se preocupa más por mi alma y estoy promoviendo su amor y misericordia con el mundo”.

Graduada en la Universidad de Stanford, Maya anunció su retiro de la natación después de los Juegos Olímpicos. Tras 17 años practicando natación, ella dijo que su atención se centra ahora en su familia y su profesión en el área de consultoría.

Ella y su marido, Rob Andrews, son evangélicos, miembros de The River Church Community, en el área de San Francisco. Sus padres siempre le dieron una sólida formación cristiana. “Jesús ha sido una constante en mi vida”, resaltó la campeona.

Para la atleta, su confianza es saber que no importa lo que acontezca, Dios la ama. “El amor de Jesús por mí y para toda la humanidad es algo que siempre me ayuda a amar a la gente a mi alrededor, cuando las cosas se ponen difíciles”, dijo a la revista Christianity Today.

La joven se ganó los elogios del pastor Franklin Graham, líder de la Asociación Evangelística Billy Graham. “El saber que Dios te ama y se preocupa por tu alma eterna, es una de las mejores noticias de los Juegos Olímpicos”, escribió en un mensaje en Facebook.

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