Autoridades en el noreste de China detuvieron a una mujer cristiana por sus repetidos intentos de compartir el Evangelio con el presidente chino Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan. La mujer, oriunda de la provincia de Liaoning, ha sido arrestada en más de 50 ocasiones por el mismo caso.

La policía le ordenó a Zhou Jinxiq regresar a su hogar en la ciudad de Dalian después de que fuera captada sosteniendo un letrero que le pedía a Xi Jinping creer en Jesús, según reportó la organización International Christian Concern después del arresto el mes pasado.

La mujer, que es activista, fue acusada de «provocar disturbios» el 21 de febrero.

Su arresto llegó semanas antes de un evento anual político en Beijing, llamado Lianghui o «Dos cesiones» en el Congreso Nacional y en la Conferencia Consultiva Nacional, que tienen en común la dirección de las decisiones, dijo ICC, explicando que el gobierno chino usualmente intensifica su campaña contra la sociedad civil para asegurar su sumisión.

Zhou ha hecho más de 50 intentos de predicarles el Evangelio a Xi y a Peng y todos acabaron en detención, según reporta ChinaAid, grupo activista de derechos humanos.

En 2018, Zhou fue arrestada después de levantar un letrero en un acto político que decía: «Dios ama a las personas de este mundo y está llamando a Xi Jinping».

En marzo de 2016, sostuvo otro letrero que decía lo mismo pero agrega a la esposa de Xi, Peng.

Los esfuerzos de Zhou acabaron en detenciones administrativas de 10 días por provocar el «desorden social».

Cuando Beijing fue anfitrión de los juegos Olímpicos el 2022, muchos expresaron su descontento contra el trato que China tiene hacia las minorías religiosas. Mientras China fue acusada de genocidio por sus detenciones en el este a la etnia musulmana, activistas de derechos humanos han estado levantando la voz por años respecto de la campaña del gobierno chino contra los cristianos.

Puertas Abiertas Estados Unidos, que cubre la persecución en más de 60 países contra Cristianos, estima que China tiene una población de 97 millones de creyentes, la mayoría pertenecientes a Iglesias «no registradas».

Puertas Abiertas ha advertido que el monitoreo a estás iglesias en China ha ido en aumento con el paso de los años y muchas iglesias-hogares han experimentado el acoso y persecución una vez descubierta su actividad».

El grupo también ha advertido que estás iglesias se ven obligadas a dividirse en grupos pequeños y reunirse en diferentes locaciones, manteniendo un bajo perfil para no ser detectados por las autoridades.