La actual guerra civil entre las tropas del gobierno de Myanmar y el ejército Nacional de Kachin (un grupo étnico armado) ha sido y sigue siendo la petición de oración de los creyentes e iglesias de Myanmar, aunque la guerra no parece acabar, afectando a muchísimas personas. Los habitantes de las zonas arrasadas por la guerra están huyendo en masa de sus hogares para salvar sus vidas.
Según un pastor y su esposa, que han participado en nuestras formaciones para parejas, hay 85 creyentes desplazados quedándose en su iglesia, sin saber cuándo podrán volver a casa. Otros dos contactos que asistieron a nuestras formaciones nos han dicho que todas las iglesias de su zona están acogiendo y proporcionando alojamiento a los creyentes desplazados.
La situación actual es que los civiles de la zona bélica no pueden entrar en las grandes ciudades y poblaciones. Por su parte, los habitantes de las ciudades y poblaciones no bélicas no pueden salir de sus ciudades. Las carreteras han sido acordonadas con alambres y los soldados del gobierno birmano las patrullan. Los civiles de la zona bélica se debaten entre abandonar sus hogares o ser asesinados y muchas casas son incendiadas por los soldados del gobierno.
La presencia de ONG en la zona de Kachin es escasa debido a la prohibición por parte de las autoridades locales y del gobierno, pero el ministerio Puertas Abiertas pudo enviar alimentos a los afectados a través de un pastor colaborador.