Una prominente organización cristiana, que lucha contra la persecución, le rendirá honor al legado y sacrificio del misionero americano John Chau, quien perdió su vida mientras llevaba el Evangelio a una remota isla en el Océano Indico, en 2018.

El miércoles, La Voz de Los Mártires (VOM), una organización misionera interdenominacional que sirve a los cristianos perseguidos alrededor del mundo, agregará el nombre de Chau al muro de granito de 60 pies, en Memoria de los mártires, en el ministerio sede en Bartlesville, Oklahoma.

Chau tenía 26 años cuando fue asesinado, el 17 de noviembre de 2018, cuando estaba en misión en la Isla Centinela Norte de las Islas Andaman, localizado en la Bahía de Bengal, a 600 millas de la isla principal India.

Chau, graduado de la Universidad Oral Roberts en Oklahoma, fue asesinado por una tribu indígena que vive en aislamiento del resto del mundo.

El 29 de junio marca el Día del Mártir Cristiano y el aniversario de la decapitación del Apóstol Pablo en Roma. A través de la historia de la Iglesia, los cristianos del mundo han conmemorado las vidas de incontables creyentes que han dado sus vidas para Cristo.

Con la ayuda de un bote de pesca, Chau hizo el primer contacto con la gente de Centinela -consideradas por mucho “una de las tribus más aisladas del planeta”- el 15 de noviembre, de 2018, según VOM.

Más tarde ese día, un muchacho de Centinela disparó una flecha a Chau, que impactó en la Biblia que este tenía.

En su viaje por la tarde, Chau escribió: “Dios, no quiero morir… ¿QUIÉN TOMARÁ MI LUGAR SI ASI FUERA? Perdona al muchacho y a cualquiera de la isla que trate de matarme, especialmente si lo logran”.

En la mañana del 17 de noviembre, los pescadores que habían dejado a Chau en la isla, vieron a hombres de la tribu enterrando su cuerpo en la playa.

Las autoridades indias llamaron a los esfuerzos Evangelísticos de Chau por alcanzar a la tribu Centinela, “una aventura fuera de lugar” en una área restringida. Su muerte, que recibió inmediata atención internacional, inspiró escrutinio a las organizaciones misionera que tratan de contactarse y alcanzar a las tribus aisladas.

Pero Todd Nettleton, anfitrión de Radio VOM, dijo que una mirada de cerca a la vida y muerte de Chau revela su compasión como Cristo, su extensa preparación y entrenamiento, y deja en claro su llamado al pueblo Centinela.

“Nosotros como la Iglesia debemos reconocer a quienes siguen el llamado de Cristo a ir hasta lo último de la tierra, a cualquier costo. Y John Chau es ciertamente un claro ejemplo de esto”, dijo Nettleton.

Lejos de ser un aventurero impulsivo, Nettleton dijo que Chau primero sintió el llamado de Dios en su vida, después de regresar de su primer viaje misionero cuando era adolescente.

Nettleton dijo que Chau pasó tiempo orando y preparandose para ir a dónde Dios le llamara, investigando a diferentes grupos de personas hasta que dió con la tribu Centinela.

“Cada simple decisión que él hizo fue con la mirada puesta en la Isla Centinela, el conocer a su gente, aprender el idioma, y poder ser capaz de compartir el mensaje de Cristo con ellos”, contó Nettleton.

Nueve años antes del viaje, Nettleton dijo que Chau se comenzó a preparar física y espiritualmente para esta travesía.

A través de la Universidad Oral Roberts, Chau tomó duchas heladas para prepararse para la vida en la isla, sabiendo que allí no tendría agua caliente. También se sometió a una cirugía de vista para evitar las gafas.

Nettleton dijo que Chau también fue a un entrenamiento en la ciudad de Kansas- base misionera de la organización Todas las Naciones.

Chau tomó cursos de lingüística con Wycliffe para aprender el idioma Centinela rápidamente. Ganó un certificado médico para llevar este tipo de asistencia a la tribu.

La Dra. Mary Jo, líder ejecutiva internacional de Todas las Naciones, llamó a Chau uno de “los más preparados en misiones que jamás se haya visto”.

Después de la muerte de Chau en 2018, Nettleton reclamó que “había mucha falta de información “ alrededor de las circunstancias de la muerte.

Mientras que algunas circunstancias tenían que ver con el deseo de Chau de proteger a cualquiera que quisiera ir tras él, Nettleton agregó: “Habia mucha falta de información acerca de la preparación de John, como si él se hubiera levantado una mañana y hubiera decidido a la ligera ir a la Isla Centinela Norte”.

“Eso está muy alejado de la verdad”, aseguró Nettleton.

Mientras que Chau creía en el llamado de Dios para su vida, no era tímido en expresar dudas acerca de compartir el Evangelio a tribus no alcanzadas.

En un video hecho por Chau para apoyar a la misión, Nettleton dijo que Chau se preguntaba si realmente debía ir a la isla después de tener un primer encuentro.

Desde que dejó Puerto Blair, Nettleton contó que Chau reconoció inmediatamente las Islas ,pues había tenido su foto en la pared de su dormitorio por mucho tiempo.

Chau conocía las Islas por nombres y sabía bien cada sitio.

“El dijo en ese momento, que era como una confirmación de Dios”, “como si Dios le dijera: ‘eres el que quiero, a quien he llamado, quiero que vayas”.

En su viaje, la noche anterior a lo que sería su tiempo final, Chau expresó sus dudas:

“Creo que la medida del éxito en el Reino de Dios es la obediencia”, escribió Chau. “Quiero que mí vida refleje la obediencia a Él. Creo que Jesús lo vale. Él lo vale todo”.

“Él entendió el valor del Evangelio, entendió el significado eterno de compartir a Cristo con la gente de Centinela, y el consideró perder su vida como algo justo”, dijo Nettleton.

El padre de Chau, Patrick Chau, dijo que no había apoyado a su hijo en su travesía misionera.

Aunque padre e hijo son graduados de la Universidad Evangélica Oral Roberts, Patrick Chau dijo que no se considera más un cristiano, sino un seguidor de la filosofía china de Confucio.

“John ya no está porque mí influencia fue opacada por la ideología del occidente”, dijo el padre de Chau, agregando que el “Cristianismo extremo Evangélico” es el culpable de la pérdida de la vida de su hijo.