Un misionero estadounidense en Brasil está bajo investigación y puede ser culpado de genocidio por las autoridades por hacer contacto ilegal con una remota tribu indígena exponiéndolos potencialmente a enfermedades.

La Fundación Nacional India de Brasil (FUNAI por sus siglas en inglés) les ha pedido a las autoridades que revisen el incidente que tomo lugar en diciembre en el cual están involucrados el misionero Steve Campbell y la tribu Hi-Merima. FUNAI notificó a principios de enero a los fiscales federales y a la policía sobre el contacto que se alega tuvo lugar.

Campbell y su esposa tienen su base en Rondonia, Brasil y trabajan con los indios Jamamadi en el estado Brasileño del Amazonas. Él ha vivido con los Jamamadis desde 1963, cuando llegó a la región siendo un niño traído por sus padres, quienes están afiliados con Wycliffe Global Alliance.

De acuerdo a Greene Baptist Church en Maine, una de las iglesias asociadas de Campbell; el trabajo de Steve es “ayudar con las incontables oportunidades médicas, mecánicas y ministeriales para con los indios y las familias misioneras.”

Mientras que Campbell vivía entre los Jamamadi, el entro por accidente al área aislada de la tribu Hi-Merima durante una enseñanza que estaba impartiendo a los Jamamadi de cómo usar los dispositivos de GPS, de acuerdo al periódico brasileño Folha de Sao Paulo.

En 1970, los indios indígenas de Brasil fueron puestos bajo protección de FUNAI mediante el paso de Estatuto Indio. Desde entonces, ha habido batallas políticas entre los que están a favor de los grupos de integración a la sociedad y quienes creen que esas tribus deberían permanecer aisladas y protegidas de la modernidad.

Los poderosos intereses mineros y agrícolas que quieren que las reservaciones indígenas sean abiertas al desarrollo también han influenciado la dirección de las políticas gubernamentales. Hace algunos años los cazadores de oro y diamantes le pagaron a FUNAI para conducir exploraciones en el área del Rio Palimi-u hasta que en noviembre del 2018 entró el ejército y arresto a 900 personas y confisco 350 kilos de oro.

En la mayoría de los últimos 30 años, FUNAI ha mantenido una política de no-contacto con las tribus aisladas después de que varios de ellos perdieran hasta dos tercios de su población cuando contrajeron enfermedades como el sarampión. Algunos de los grupos también enfrentaron consecuencias adversas cuando fueron forzados a relocalizarse debido a un gran proyecto de construcción de una autopista.

Bruno Pereira, quien coordina el estudio de FUNAI sobre los grupos aislados de la región, toma una visión dura de las actividades de Campbell (y otros misioneros). “Si en la investigación se establece que hubo un interés en hacer contacto, usando su relación con otros indios para acercarse a los aislados, él podría ser culpado de genocidio al exponer deliberadamente la seguridad y la vida de los merimas,” indico el en una declaración hecha a los medios de comunicación en Brasil.

“Su memoria inmunológica no está preparada para cosas simples como la influenza o la conjuntivitis,” notó Pereira. “Otro punto es que los contactos fueron conducidos por personas quienes no respetan la autodeterminación de estas personas y sus formas de vida. Históricamente, esto ha llevado a interferencia violenta en sus relaciones vitales con el ambiente, con las relaciones familiares, con lo que ellos creen.”

Sin embargo, desde que el Presidente de Brasil Jair Bolsonaro asumió la oficina el 1ro. de enero las políticas referentes a las tribus indígenas están cambiando, lo cual ha encendido un acalorado debate. El Presidente Bolsonaro es un conservador y algunas veces es comparado con el Presidente Trump. Criado Católico Romano, él y su familia han asistido regularmente a una iglesia Bautista en Rio de Janeiro.

Bolsonaro ha dicho que habrá cambios en la actual política de no contacto con los indios aislados. Él ha hecho enojar a los proteccionistas al nombrar a una antropóloga y a una pastora evangélica, Damares Alves, a la nueva posición creada que se llama: Ministerio para Mujeres, Familia y Derechos Humanos – la cual supervisa las 900,000 personas indígenas del país.

El Presidente Bolsonaro ha ordenado un estudio para determinar cómo es mejor integrar a los grupos indígenas a la sociedad y Alves ha declarado que apoya esa meta.

Ella supervisa a la FUNAI y su nueva posición estará bajo el Ministerio de Agricultura, en vez de estar bajo el Departamento de Justicia.

Alves ha adoptado una hija indígena y es una de las fundadoras de Voice For Life, un grupo que combate el infanticidio de niños discapacitados y no deseados, lo cual todavía es practicado en algunas comunidades indígenas. La página de Facebook del grupo también muestra a sus miembros predicando en villas indígenas y contiene un enlace con YWAM.

El nombramiento de una antropóloga quien pasa a ser una pastora evangélica ha incitado una protesta de los grupos feministas, activistas indígenas y activistas LGBT, quienes quieren que se deje tranquilas a las tribus y no tengan influencia del exterior – especialmente influencias cristianas.