Uno de los desafíos más críticos que enfrentan los Nigerinos es el cultivo de sus alimentos en un país que no tiene lluvia durante nueve meses del año. El suelo es casi completamente inutilizable para la agricultura, lo que significa que los agricultores deben trabajar más duro por mucho menos alimentos.
Debido a esta necesidad extraordinaria, Samaritan’s Purse comenzó un proyecto agrícola en el año 2013 en cinco asentamientos en Níger. Fue diseñado para trabajar con las aldeas y educar a los agricultores sobre las técnicas de cultivo de alimentos en un clima severo como el de Niger; y en última instancia, almacenar alimentos para el presente y el futuro.
Desde el inicio del proyecto, los cinco pueblos se reúnen cada año para compartir lo que han aprendido y celebrar su éxito. Este año fue el último año para el proyecto, y todos los aldeanos se reunieron para exponer sus esquemas de trabajo y brindar demostraciones de ello. Los oradores fueron escogidos entre los beneficiarios de los cinco pueblos que han practicado fielmente las técnicas del proyecto y que, como resultado, han visto los cambios positivos en sus cultivos y en su salud.
Antes de que comenzara la celebración, el pueblo se apresuró a preparar la actividad con vestidos de colores vivos y las muestras de las cosechas del año pasado, mujeres arreglando esteras para acomodarse, niños corriendo alrededor de ellas, riendo, jugando y disfrutando el lugar.
Fui capaz de pasear entre las multitudes, fotografiando cosechas, huespedes, oradores y madres con sus hijos. Con mi cámara y mi piel blanca, atraje mucho interés en el público. Una chica, envuelta en un chai amarillo bordado, me observaba con curiosidad y sonreía cuando le llamé la atención. Otros niños se detuvieron y se agruparon cuando me vieron sosteniendo mi cámara, posando para una foto sin siquiera preguntar. Incluso la esposa del pastor del proyecto me llevó a una casa cercana para fotografiar a uno de los oradores que estaba practicando a toda prisa su presentación por última vez.
Cuando todas las multitudes estaban sentadas bajo refugios o en esteras, o simplemente de pie bajo el sol caliente, la celebración comenzó con una canción de cuatro mujeres. Fue seguido por una mezcla de oradores individuales y presentaciones de grupo, discursos y sketches. Un grupo de hombres presentó un skit sobre las técnicas agrícolas que hizo reír a toda la audiencia, y varias mujeres discutieron los temas educativos que habían aprendido, como la lactancia materna exclusiva, la higiene y la salud, y cómo cultivar nuevos cultivos. El pastor y su esposa que trabajaron con el proyecto también hablaron de Samaritan’s Purse.
Como no entendía el idioma, uno de los coordinadores del proyecto me tradujo. A veces entendía los principios a través de los skits, como cuando el grupo de hombres mostraba la forma correcta de plantar semillas.
Cerca a la conclusión del evento, cada uno de los grupos mostró los cultivos que fueron capaces de madurar a través del tiempo en el proyecto. Representantes de las aldeas presentaron ejemplos de sus cultivos y discutieron los métodos de cultivo que usaron. Con semillas y técnicas regulares, el maíz tarda cuatro meses en crecer, pero el maíz proporcionado por Samaritan’s Purse produce un cultivo en sólo tres meses. Esto es cierto con otros cultivos en el proyecto, con semillas mejoradas, jardines y granjas pueden producir cultivos más rápidamente que con semillas regulares, lo que ayuda a proporcionar alimentos para las familias que luchan contra las duras condiciones en Niger.
Al final de la celebración, una mujer representó a las aldeas en agradecimiento a los invitados, a los líderes de los cinco pueblos y al Samaritan’s Purse. Ahora, dijo, los aldeanos son capaces de comer. Éste era el objetivo del proyecto, no sólo para alimentar a los aldeanos ahora, sino para enseñarles habilidades y técnicas para que puedan seguir cultivando y seguirán siendo capaces de comer durante muchos años.