El ex luchador de MMA Chad Robichaux, quien hizo ocho períodos de servicio como marine de los Estados Unidos y tiene una carrera de 19-2 en partidos profesionales, estuvo a punto de perder a su esposa y su familia debido a su incapacidad para hacer frente a las luchas de trastorno de estrés postraumático producto del combate en Afganistán.

A pesar de que había regresado de la guerra, lo único que quería hacer era volver a Afganistán y seguir luchando. Eso fue hasta que empezó a ganar dinero luchando en distintos circuitos profesionales y programas ​​de artes marciales mixtas. Aunque Robichaux utiliza MMA como salida física para «curar» los síntomas de trastorno de estrés postraumático, el deporte no estaba «curando» la causa de su problema.

No fue hasta que estuvo a punto de divorciarse con su esposa, Kathy, que se dio cuenta de cómo su comportamiento y pelea con Dios habían impactado las cosas que significaban más que él.

Afortunadamente para Robichaux, su esposa logro contactarlo con un pastor de su iglesia en Woodlands, Texas, que lo iba a guiar por más de un año. Y luego de un largo tiempo de ministración logro entender que para superar sus problemas con el trastorno post-traumatico necesitaba abrazar plenamente la vida que Dios había destinado para él.

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Chad fue transformado por Dios

A pesar que Robichaux había ido a diversos programas de apoyo TEPT y había tomado medicamentos recetados para tratar con el trastorno de estrés postraumático, no fue hasta que abrazó el plan de Dios que encontró la «cura» a sus problemas.

Después de reconciliarse con su familia y Dios, Robichaux sabía que tenía que compartir lo que habia aprendido acerca de curar el Trastorno Post-Traumatico con otros veteranos que están luchando para encontrar la respuesta a la misma cuestión.

Con el respaldo de WoodsEdge Community Church, Chad y Kathy Robichaux comenzaron un ministerio en 2011 para ayudar a otros veteranos de combate a descubrir la gloria del plan de Dios para sus vidas.

En cuatro años, el programa de ministerio de la iglesia de Robichaux ha crecido hasta convertirse en una fundación financiada por donantes, que ya ha ayudado a «curar» 710 veteranos de las luchas de sus trastorno producidos por la guerra.