Job había perdido a su familia, su salud, estado físico, su posición y a todas sus posesiones, todos los que estaban con él lo dejaron solo a causa de todo lo que le había pasado; e incluso sus amigos se sentaron con él a injuriarlo y acusarlo de que había hecho algo mal. Aun así Job dijo: «Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.»(Job 19:25)

Puede pasarnos lo que sea, podemos cometer el error que sea, pueden tratarnos como sea e incluso estar en la situación que sea pero cuando entendemos que nuestro Redentor está vivo estamos declarando.
Redimir quiere decir: Comprar de vuelta. Cuando antiguamente alguien iba a una casa de empeño podía llevar un artefacto y le daban el valor de un precio que estaban dispuestos a pagar con un tiempo estipulado de redención en el que la persona que llevaba el producto podía volver y con ese dinero rescatar lo que vendió.

Job estaba diciendo en otras palabras: «Yo sé que Dios está vivo y puede pagar por mí siempre.» 

 Puede que a veces creamos que nos vendimos a las tinieblas por una mala acción o un mal sentimiento pero nuestro Redentor está Vivo y ya pagó por nosotros. De hecho, dejó su número de cuenta ya que invirtió su Vida misma para pagar el precio de todos nuestros errores.

Cada vez que las situaciones nos quieran hacer creer que todo acabó para nosotros tenemos que hablarle al tiempo y decirle: «Tiempo, lo siento mucho pero estas de paso. El tiempo pasa, los aparentes problemas pueden aparecer pero… Nuestro REDENTOR VIVE por siempre. Y eso significa que de esta situación (De este lugar) Voy a salir REDIMIDO porque Él ya pagó por mi (en mi lugar). Yo vivo en Él y Él en mí como una punta de flecha encendida fuego a toda velocidad atravesando las tinieblas.

 «Pues me rescataste de la muerte; no dejaste que mis pies resbalaran.
Así que ahora puedo caminar en tu presencia, oh Dios, en tu luz que da vida.» (Salmos 56:13 NTV)

    ¡Ha, y por cierto! ¿Sabes cómo terminó la historia de Job?

«…el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía.» (Job 24:10)

«El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros…» (Job 42:12)

«Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de una larga vida y murió en plena ancianidad.» (Job 42:16-17)

Recuerda: «Nuestro Redentor Vive.»

 

Mariano Javier Virnik