En su comunicado, la organización que preside Arturo Farela Gutiérrez además de lamentar los hechos ocurridos el pasado sábado, hace notar que Los Altos de Chiapas es una región que presenta condiciones especiales.

“Es ahí donde ha estado el mayor foco de intolerancia religiosa en la historia de México. De mediados de los setenta y hasta principios de este siglo se suscitaron expulsiones masivas de indígenas evangélicos que en parte fueron los que fundaron las colonias de la periferia de San Cristóbal de las Casas. Los cálculos oficiales fijan una cifra tendiente a los 35 mil expulsados durante 3 décadas”, expuso, y agregó:

“Parte del mismo problema religioso produjo la masacre de muchos evangélicos, ultraje a mujeres desde edad infantil, quema de casas y templos, e incluso el impedimento de que los niños evangélicos ingresaran a la educación pública en la región, lo cual, por cierto, nos orilló a construir una escuela primaria y secundaria en Chamula, principalmente destinada para la infancia evangélica que durante 15 años se le negó esa garantía constitucional, con la complacencia de los gobiernos local y federal, evidentemente”.