El mundo sigue conmocionado por los hechos de violencia que se conoce por los medios de comunicaciones, pero también preocupa las reacciones que se generan a raíz de los mismos y como respuesta a todo los hecho de agresión.

¿Cuál debe ser la respuesta a tremenda agresión?

Tenemos que como iglesia de Jesucristo repasar el hilo conductor de todo el discurso que el Maestro dejó para estas circunstancias, muchos hasta están de acuerdo con penas de muerte, mientras el espíritu de la evaluación a todo crimen es -«no paguéis mal por mal» o que tenemos que amar a nuestros enemigos.

Debemos pedirle a Dios que al evaluar una respuesta o un juicio, la misma esté cargada de la gracia que Cristo ponía en su evaluación. Muchas veces nuestras respuestas están cargadas de la violencia humana, pediríamos fuego del cielo para que los consuma o apoyaríamos a cualquiera que lo proponga.

Tenemos que saber de que espíritu somos, de esta manera nuestras respuestas conllevarán los principios de Jesús, cargados de amor por cada perdido, por cada persona poseída por cualquier fuerza.

Somos mensajeros de paz en un mundo totalmente violento, recordando cuando Jesús dijo:

«Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, yo os la doy».